Como Soria se entere, lo manda a pedir para regalarlo por Navidad. Existe en el mercado un juego de play station que tiene como perverso motivo la caza y muerte del periodista, según ha informado, muy cabreada, la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP). Lo ha denunciado, además, la madre del reportero Miguel Gil, que perdió la vida en Sierra Leona en ejercicio de su profesión. Patrocinio Macián, que así se llama esta madre, ha enviado esa protesta a diversos diarios, lo que ya ha motivado una queja formal ante las autoridades y la exigencia de que ese juego sea retirado. No obstante, por encima de cualquier tipo de corporativismo, es necesario retirar cualquier juego de la muerte, sea cual sea el perseguido. Lo malo es que ahora los que parecemos estorbar somos los periodistas, sobre todo los que tienen la absurda manía de contar las cosas como son. Lo escribía el otro día de modo muy certero un periodista grancanario con el estómago agradecido: los cogotazos de Bono son por sembrar vientos. Vaya, vaya, a ver en qué lugar de la play station nos colocará a nosotros este apologista (o apolojeta) de la violencia. Y encima, con púlpito.