Este jueves hubo mesa sectorial de Sanidad y los sindicatos se mostraron más contentos que unas castañuelas después de que la Consejería retirara de la mesa de negociación el preacuerdo que firmó la Administración el 21 de marzo con la mayoría sindical y que fue rechazado por los trabajadores en referéndum el 30 de marzo. Es justo lo que el miércoles le pidió la diputada Tere Morales a la consejera en el pleno del Parlamento, sin que a la vicepresidenta se le moviera un músculo de la cara de la poca gracia que le hace la diputada socialista. Morales se lo pidió por activa y por pasiva: “lo que usted debería hacer es convocar la mesa general de empleados públicos, dar por inexistente e inválido el criterio de la media nacional [de salarios para los grupos C,D y E] y poner sobre la mesa una propuesta singularizada, como singular es el hecho que rodea este conflicto y todas sus circunstancias”. En 2001 hubo un acuerdo económico de homologación que no se ha cumplido, y por eso no es de recibo equipararlos con los trabajadores del sistema peninsular. No estaría mal que los debates parlamentarios sirvan para algo más que para tirarse los trastos. La diputada Morales hizo una propuesta, le hicieron ascos, y luego terminaron aplicándola veinticuatro horas después.