Una de las razones aducidas para suspender el mercado agrícola previsto para el pasado día 15 en las ramblas de Mesa y López, en Las Palmas de Gran Canaria, fue la ordenanza municipal que regula y limita la venta de productos alimenticios en la vía pública. Los organizadores de aquel mercado, las asociaciones de consumidores y la COAG, saben que los motivos son otros, que las presiones de los comerciantes, organizados en torno a la Asociación Mesa y López y a ciertos poderes fácticos de la Cámara de Comercio, fueron los verdaderos causantes de esa frustración. Porque la ordenanza se incumple cada domingo en el rastro de San Telmo, donde se despachan chorizos y panes entre bragas a veinte duros y chándales informales pero arreglados. Y otros enseres de calidad, sin duda.