Fuerte guineo de hombre. Está claro que, cuando al señor ministro se le mete entre ceja y ceja un runrún cojonero, se pone bravo como un machaca y no levanta el pie del acelerador hasta conseguir lo que quiere. Se lleve por delante a quien se lleve. José Manuel Soria, el ministro del Reino de Industria, Energía, Repsol y Turismo, ha vuelto este domingo a cargar a sus espaldas el sacrificio de sacar a Canarias de la más mísera de las miserables miserias y apostar por “la salvación” de su tierra a través de la explotación de los recursos gasísticos y petrolíferos que se supone existen en aguas a 60 kilómetros de Lanzarote y Fuerteventura. #Repsoria, como ya es mundialmente conocido en Twitter, aquí y en la Argentina, ha dicho a la agencia EFE la mamarrachada más impresentable e insostenible que pueda tenerse en consideración con el legítimo negocio de buscar petróleo: que esto mismo será clave para acabar con la insufrible tasa del 31% de desempleo en las Islas. Es la gran mentira del PP en este siglo XXI [la segunda, más bien], el gran bluff de un negocio privado que se vende a la opinión pública con la certeza matemática que generará puestos de trabajo a los canarios. Y detalla nuestro prócer: el petróleo generará empleo en los puertos, la industria mecánica, eléctrica, turística (sic), comercio, restauración...