Del que no hemos escuchado ni una sola explicación es del afectado, de Antonio Alarcó, que este jueves habrá de someterse al bochornoso escrutinio público cuando se explique ante el pleno del Cabildo como dilapidó fondos públicos destinados a la salud en estupideces y en propaganda de su figura, lo que también es una estupidez en sí mismo. Quizás guarda silencio Alarcó porque conoce a la perfección el contenido de la auditoría, no en vano durante su confección se le concedió trámite de audiencia para que explicara ante los auditores su versión de los gastos que no tenían encaje en la contabilidad. Desconocemos, la verdad, cuáles fueron las explicaciones que el doctor ofreció, y sería bueno que acudiera al pleno a exponerlas públicamente. Porque en el pleno del jueves está previsto analizar sus alegaciones y votar, en su caso, si se acepta pulpo como animal de compañía y se terminan perdonando los pecados contables a tan insigne y casto representante del buen gobierno de lo público.