Y si la elección frustrada de consejero del ente radiotelevisivo tuvo su cosa, la comparecencia de Marcial Morales en el Pleno del Parlamento para contestar a una pregunta de Tere Morales, fue lo mejor de la sesión doble. En su día, allá por el 24 de abril del año pasado, la diputada socialista se metió con el consejero de Asuntos Sociales a cuenta de una comunicación del Gobierno sobre la segunda diagnosis de la situación del menor y la familia. Marcial Morales trató de torearse a la diputada con el tamaño, grosor, consistencia y complejidad del informe, no apto -insinuó- para trabajadoras sociales y otras gentes de letras, cuarto y reválida. La otra Morales se revolvió en su escaño, y el otro Morales le prometió que al día siguiente, es decir, el 25 de abril de 2002, le enviaría los 500 folios de que constaba dicho informe para que su otra señoría se lo comiera con papas, bajo amenaza de “afearle su conducta si no se los lee”. Doña Tere esperó, esperó y esperó, y a finales de año le metió por el Registro una pregunta parlamentaria para su contestación en el pleno: “¿Podría su señoría explicar qué medio de transporte utiliza y cuándo prevé que llegará al Parlamento el informe?”, venía a decir más o menos. La misma pregunta sonó este miércoles en la Cámara, y Marcial Morales, con cara de no haber roto un plato, balbuceó algo desde su escaño. “¿Podría el señor consejero hablar más alto, que no le oigo?”, le espetó la señora Morales. “Que me ha pillado usted”, vino a contestar el consejero, que no existen esos 500 folios, y que fue al final la diputada la que le afeó la conducta al consejero: “No sea usted tan mentiroso y dedíquese a trabajar”. A lo que nosotros añadimos que el Gobierno debe dotarse de mejor diligencia que sustituya a las deterioradas tartanas que transportan las valijas.