Menos mal que esto no es un país tercermundista (¿o sí?) y cuando se detiene a alguien por error se le pone a continuación en libertad sin cargos y sin medallas. Le queda al individuo el susto en el cuerpo, pero éso se pasa rápido. Un concejal del grupo de gobierno de San Bartolomé de Tirajana sufrió el otro día ese susto en sus carnes cuando la Policía Nacional detuvo en la calle Alejandro del Castillo al Toyota Celica blanco en el que viajaba en compañía de un señor inglés. Al registrar el vehículo, los agentes encontraron algo de droga y todos para comisaría. No fue necesaria la intervención de la Policía Local, requerida por el afectado a través de la alcaldesa. Bastó con que el inglés reconociera que aquellas sustancias eran suyas y, tras seis horas en el calabozo, a la calle sin cargos.