Se habían acostumbrado al mimo municipal los dirigentes vecinales del sur grancanario y de otras zonas de la isla y ahora andan subiéndose por las paredes. Han descubierto los corrientones que hay en la oposición, aunque mande la calima, y han tenido que acudir a otros abrigos para evitar el catarro. Este domingo no ocultaba su cabreo el dirigente vecinal Javier Sierra, líder de la Federación Faro Tirajanero y asesor del Gobierno de Canarias rama vivienda y otros actos electoralistas de Soria que Pulido quiere para él. Tuvo que recurrir a Presidencia del Gobierno para que ésta abonara el alquiler de los salones del hotel donde este fin de semana se celebraron las décimas jornadas vecinales de la Cavecan. Están convencidos de que todo esto no es más que un paréntesis que se resolverá después de mayo, a no ser que Carmelo Ramírez siga calentando a los que se presume serán los socios naturales de Pepe Juan Santana, los sociatas. Pero ya se sabe que quedar bien con todo el mundo no es sencillo en isla Mauricio. Que se lo pregunten a Mario Hernández Sanginés, que se dejó caer este domingo por lo de la Cavecan con el medio kilo de sonrisas que se compró en un Todo a 1 Euro. Sanginés quiere quedar bien con Ramírez, como ya hizo con la ONG de Ana Botella, Mensajeros de la Paz, a la que sí le paga la totalidad del convenio de menores. Convenio que él dice que no existía. A ver si un día se equivoca y se entera de lo que tiene entre manos.