Ripstein tilda de ''muy bueno'' el nivel del Festival de Cine de Las Palmas

Arturo Ripstein, considerado durante mucho tiempo como el realizador mejicano más importante y con más trascendencia internacional, es el Presidente del Jurado de la Octava Edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.

Ripstein valora muy positivamente este festival y afirmó que “para ser pequeño y reciente, ya que ocho años en un festival lo hace muy joven, el nivel está muy bien. La selección de películas es estupenda”. En este mismo sentido añadió que “se cumple mucho el nivel de exigencia que se tiene en un festival. No hay películas vergonzosas”.

Hasta el momento, se han visto la mitad de las películas que entran en la competición del Festival Internacional de Las Palmas de Gran Canaria y para Ripstein “hay tres de ellas que llegarán probablemente a la final”.

En cuanto a la importancia de que existan Festivales de Cine como el de la capital grancanaria, el realizador mejicano destacó que “hemos llegado a pensar que existe un género cinematográfico, contemporáneo y reciente, llamado el cine de festival. Hay una serie de películas que se hacen para los festivales y que no tendrían muchísima salida dentro de los proyectos del cine comercial”.

El realizador mejicano califica de “cine de los milagros”, al 70% de las películas que pueden verse en los festivales de cine. “Son cine de los milagros porque hay quienes sacan adelante un sueño con una película”.

Sobre los espectadores de los filmes que se proyectan en los Festivales, Ripstein puntualizó que “hay una especie de atracción profunda que hace que espectadores que no irían a ver una película en circunstancias normales, dadas las opciones, sí vienen en el marco de un festival”.

El presidente del jurado de la VIII Edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, aseguró que “el público en general tiene gustos muy precisos y suele preferir las películas que cuentan con grandes campañas publicitarias, en inglés y con actores muy conocidos”.

Sobre los cambios que han experimentado los gustos del gran público, el realizador mejicano bromeó y afirmó que “ascender a la estupidez es muy encomiable. Hoy suelen gustar cosas facilonas, edulcoradas, predigeridas. No pensar sino en pasar un rato. Se escoge la película por el póster y los críticos de hoy día son los que desde la taquilla del cine recomiendan una u otra película cuando se les pregunta”.

En relación a los espectadores que van a ver películas a los cines, Arturo Ripstein señaló que “se acabó el mundo para mí, el mundo para la gente que hacía cine como yo. Se acabó el que yo conocía, con los espectadores que conocía, ahora buscan otras cosas”.

En cuanto al hecho de que hoy día las nuevas tecnologías permitan crear cine sin ser un profesional, Ripstein señaló que “el que se democratice el cine ha hecho que la cantidad de basura sea descomunal muchas veces, aunque tras eso hay joyas que destacan sobre manera”.

El cineasta mejicano no ha podido estrenar aún sus cuatro últimas películas. Se trata de dos documentales y dos largometrajes de ficción: “Fue un acto de amor crearlas pero que no existan para el público es desolador”.

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