Batalla por el Pissarro vendido a los nazis
MADRID, 09 (EUROPA PRESS)
El gobierno Español y la Fundación Thyssen recurrirán en Estados Unidos la sentencia norteamericana que ortorgaba a la familia de Claude Cassier la posibilidad de plantear reclamaciones contra España y la Fundación en Estados Unidos en relación al cuadro de Pissarro, que fue vendido a los nazis por la familia del judio Claude Cassirer.
Fuentes del Museo Thyssen explicaron a Europa Press que el único pleito que tiene la familia Cassier con el Museo es acerca de si se “pueden empezar acciones contra España y la Fundación”. Aunque en una primera instancia se dijo que sí, ahora los abogados de España y de la Fundación Thyssen “va a recurrir esta decisión en la Corte Suprema”, explican desde el Museo.
Según informa el diario El País citando cables del Departamento de Estado de EEUU revelados por Wikileaks, los diplomáticos norteamericanos propusieron a las autoridades españolas solucionar el conflicto con la compañía Odyssey a cambio de que el Museo Thyssen devolviera un cuadro de Pissarro, que fue vendido a los nazis por Lily Cassirer, abuela del ciudadano estadounidense Claude Cassirer.
La propuesta se hace el 30 de junio de 2008. El embajador Eduardo Aguirre se la expone al que entonces era ministro de Cultura, César Antonio Molina de forma indirecta, en un “lenguaje muy diplomático”, señalan. Pero Molina rechazó la propuesta, alegando que era imposible sin una decisión judicial, según los documentos obtenidos por Wikileaks.
VENDIDO PARA HUIR DE ALEMANIA
El cuadro fue vendido por Lily Cassirer, abuela de Claude, por 900 marcos a los nazis para poder abandonar Alemania rumbo a Inglaterra, pero años después fue indemnizada y reconocida como propietaria legítima por el Gobierno alemán, pese a que nunca llegó a recuperar la obra, según informa El País. Tras pasar por distintas manos, el 'pissarro' acabó en el Museo Thyssen.
El cuadro reclamado, 'Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia' (1897) pertenece a una serie de quince obras que Pissarro pintó desde la ventana de su hotel parisino, durante el invierno de 1897 y 1898.
Pissarro que había vivido casi siempre fuera de París y era básicamente un pintor de paisajes y uno de los primeros en practicar con convicción la pintura al aire libre, tuvo al final de su vida que trasladarse a la ciudad por motivos de salud.
Fue entonces cuando comenzó a pintar acomodado en una ventana, captando la actividad cambiante de las calles de ciudades como Ruán o París Estilísticamente esta última década de su vida coincide con su vuelta a una pintura de factura impresionista tras haber experimentado un tiempo la influencia de Seurat.