Bruno Ganz considera que el cine americano es ''un poco rebuscado''
El actor suizo Bruno Ganz, que estes viernes será homenajeado con el galardón Lady Harimaguada de Honor en la inauguración del X Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, abogó por no dejar que los americanos cuenten la historia que Europa puede llevar al cine.
“Tenemos historia”, dijo el actor en una rueda de prensa, “y mucha tela para contar algo en el cine sobre esa historia, y no hace falta que dejemos a los americanos rodar películas” sobre épocas como la de los años sesenta y setenta en Alemania, cuando se fraguó el terrorismo de la RAF, en la que se ambienta la película RAF Facción del Ejército Rojo, en la que interviene Ganz y que estuvo nominada en la pasada edición de los Oscar.
La cinta, que llegará a los cines españoles el próximo 13 de marzo, se proyectará este viernes en la gala inaugural del festival.
Ganz comentó que “antes se trataba los temas de historia a través de documentales y ahora, comenzando con El hundimiento y las películas que se rodaron después, hay una apertura hacia el cine de ficción con un sentido global que permite mirar hacia la historia”, lo que ocurre tanto en Alemania como en el cine americano, donde puso como ejemplos a las obras de Tarantino o a Valkiria, con Tom Cruise.
Así, consideró que “el cine americano es un poco rebuscado y no tan blanco y negro y con tópicos, como ocurría antes en las películas donde aparecían nazis”.
A juicio del actor suizo, “hoy el cine es más maduro en ese sentido y los alemanes, hoy en día, se atreven a acercarse más a su historia, mirarla más de cerca sin pedir una revisión y decir 'no somos culpables'. Antes había culpabilidad siempre y hoy es posible hacer cine sin pedir que se renuncie a esto”
Bruno Ganz aludió también al debate suscitado en torno a los que han calificado a la RAF, autora de 34 asesinatos, como un grupo de revolucionarios románticos y los que los consideran terroristas y asesinos y aseguró que “cuando murieron esos terroristas en prisión” él estaba “políticamente opuestos a ellos” y pensó que sus muertes “no eran suicidios”, por lo que “le producía vergüenza sospechar que el Estado alemán pudiera” haberlos asesinado, si bien finalmente, y tras conocer otros datos relacionados con un secuestro se concluyó que sí se habían suicidado.
Bruno Ganz admitió que la lectura del guión de la película RAF Facción del Ejército Rojo le produjo “consternación” y le asustó porque comparó los hechos que narra con sus recuerdos de la época en la que se ambienta, ya que por entonces, él vivía en Berlín.
“No era consciente, hoy en día, de lo fuerte que era la situación cuando un grupo reducido de gente llevaba una guerra contra una población de sesenta millones de personas, no lo tenía tan presente ya”, afirmó.
También le asustó, dijo, “el grado y la cantidad de atentados y actos violentos, que ya no recordaba tan intensamente”.
En su opinión, la lectura de ese guión fue “especialmente interesante porque una parte importante de la época era lo que ocurrió en esos meses, cuando la población joven que tenía la misma edad que los protagonistas se planteaba hasta qué punto podían acompañar” sus actos violentos “con cierta simpatía”.
Una situación, subrayó, “que no se puede comparar con España” y lo que ocurre “con ETA porque era toda una generación de un país que se veía representada por alguna gente que tenía valor y que habían formado parte del movimiento estudiantil en el 68, que luego se dividió en gente radical y terrorista y otros simpatizantes, que luego se separaron porque tenían objetivos distintos”.
El único fin que siguieron compartiendo ambas facciones, prosiguió el actor, fue “la lucha contra los americanos y su guerra en Vietnam; el eterno desastre, todavía vigente hoy, entre israelíes y palestinos, lo que les hubiera gustado también poderlo cambiar; y otro tema más específicamente alemán: que los padres, la generación anterior de alguna forma siempre tenía alguna vinculación con el nazismo”, algo contra lo que se revelaban.
Como hacen todas las estrellas que son homenajeadas en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, Bruno Ganz plasmó las palmas de sus manos en el paseo del Auditorio Alfredo Kraus, donde quedarán para la posteridad junto a las de otras personalidades del mundo cinematográfico como Susan Sarandon, Omar Sharif, Mia Farrow, Rob Steiger, Gerard Depardieu o Federico Luppi.