Los 27 se inclinan por una minireforma del Tratado
LUXEMBURGO, 25 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se inclinan por una reforma del Tratado de ámbito reducido para reforzar la disciplina fiscal suspendiendo el derecho de voto a los países infractores y convirtiendo en permanente el fondo de rescate de 750.000 millones, ideado para la crisis de deuda griega.
Según ha explicado este lunes el ministro belga de Asuntos Exteriores y presidente en ejercicio del Consejo, Steven Vanackere, “nadie quiere abrir el Tratado para cambiarlo de forma radical y empezar a hacer una gran operación de dimensiones que no sean coherentes con el problema que se planteó”.
En definitiva, se trataría de buscar un simple “anclaje jurídico” al sistema creado para situaciones como la crisis de deuda griega, de forma que la UE se dote de un mecanismo permanente que le permita reaccionar en caso de que tales problemas se reproduzcan en el futuro.
Vanackere ha asegurado, en este contexto, que las conversaciones de los ministros preparatorias del Consejo Europeo de este jueves y viernes han permitido “limitar el ámbito” de la reforma del Tratado, algo que ha tranquilizado a los países que temen reabrir un debate institucional como el que sumió a la UE en una profunda crisis con la fallida Constitución europea y la agónica ratificación del Tratado de Lisboa.
“No se trata --ha dicho el titular belga de Exteriores-- de entrar una vez más en una lógica en la que la UE mire demasiado a su interior para ver cómo organiza su tarea y se olvide de los problemas reales”.
La presidencia belga quiere, igualmente, “despolitizar” este debate y llevarlo a un terreno puramente técnico. De hecho, sin entrar en el detalle sobre el articulado del Tratado, Vanackere ha resaltado que hay diferentes formas de cambiar un tratado si no se trata de añadir nuevas competencias y que la discusión debe ser objetiva y centrarse en la arquitectura “legal e institucional”.
Francia, mientras, ha defendido la idea de endurecer el sistema de sanciones y hacer permanente el mecanismo de rescate más allá de 2013, propuesta que pactaron en la reciente cumbre franco-alemana de Deauville (Francia) el presidente galo, Nicolas Sarkozy, y la canciller Angela Merkel.
Para el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, París y Berlín no quieren “imponer” nada sino “salvar a la moneda única que ha sido duramente atacada”. “No es una cosa de los grandes contra los pequeños. Nada de eso”, ha replicado Lellouche al ser preguntado por el malestar causado por el hecho de que Francia y Alemania pactaran su posición al margen de la UE.
El secretario de Estado galo también ha indicado que hay “procedimientos simplificados” para reformar el Tratado y que conviene “sopesar el riesgo” que a su juicio implica no contar con un mecanismo de rescate más allá de 2013 ni un sistema de reglas de comportamiento para los Estados poco atentos con su déficit.
ESPAÑA, PRUDENTE.
El Gobierno español, por su parte, no es partidario de reabrir en este momento un debate institucional con el objetivo de modificar los Tratados de la UE para reforzar la disciplina fiscal.
La ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez, ha dejado claro que España es “prudente” sobre la posibilidad de una modificación del Tratado porque, en un contexto de crisis económica y de “incertidumbre e inestabilidad”, abrir un debate institucional no sería “la mejor señal”. “No creemos que sea necesario abrir un debate institucional sobre reformas”, ha dicho.
España argumenta, por un lado, que se acaba de aprobar el Tratado de Lisboa y, por otro, que “no se han agotado todas las posibilidades” que ofrece la legislación comunitaria. “Estamos en un proceso de crisis económica y financiera, de una cierta incertidumbre e inestabilidad, y no creemos que la mejor señal sea reabrir un debate institucional de reforma”, ha insistido la ministra.
A su juicio, el informe elaborado por el presidente permanente del Consejo, Herman Van Rompuy, ya contempla mecanismos para la gestión de crisis de deuda como la vivida por Grecia. “Ahora la discusión entre los socios está en ver cómo ponemos en marcha esos instrumentos de gestión de crisis”, ha agregado.
“Busquemos mecanismos que nos permitan gestionar la crisis sin tener que acudir a un procedimiento complejo de revisión de Tratados. Se pueden buscar otras fórmulas y otros instrumentos”, ha reiterado Jiménez.
Mientras, el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, ha vuelto a pedir reforzar las sanciones para evitar “dañar” al euro. “Si pasara otra vez lo de Grecia, Europa estaría muy cerca del precipicio”, ha llegado a decir. A su modo de ver, no se puede admitir otra vez que la UE tenga que enfrentarse a “una crisis de este nivel” porque los ciudadanos podrían dar la espalda a la UE.