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El G-20 inaugura su Cumbre con un muerto en las calles de Londres

Un activista antisistema murió la madrugada de este jueves y 63 de ellos fueron detenidos tras los disturbios producido entre manifestantes y agentes de seguridad en el marco de la cumbre del G-20 que se celebrará en Londres, informó la Policía.

Los agentes encontraron al hombre desvanecido en una calle del distrito financiero de Londres y, según informaron, el fallecido dejó de respirar sobre las 20:30 horas, aunque desconocían con claridad las causas de su muerte. Una de las fuentes apuntó que el hombre falleció por causas naturales, no obstante habrá que esperar a la autopsia para conocer con claridad las causas.

La Policía atendió al hombre detrás del cordón policial y le practicaron maniobras de reanimación poco antes de que la ambulancia le trasladase a un hospital cercano, donde finalmente certificaron su muerte. Fotógrafos de Reuters afirmaron haber visto al hombre que, al parecer se había desmayado.

La muerte del hombre se produjo en medio de fuertes protestas que protagonizaron miles de manifestantes concentrados en las puertas del Banco de Inglaterra, en el corazón del centro financiero londinense, en contra de la celebración de la cumbre del G-20.

Disturbios

Pese a que las manifestaciones comenzaron de forma pacífica, centenares de activistas atacaron entidades bancarias como el Royal Bank of Scotland (RBS) y protagonizaron fuertes enfrentamientos contra agentes de la Policía en denuncia del actual sistema financiero que consideran que roba a los pobres en beneficio de los ricos.

Asimimo, arrojaron bombas de pintura y botellas y corearon “nuestras calles, nuestros bancos”, o “revolución”, entre otros lemas. Por su parte, los agentes informaron de la detención de 63 activistas arrestados como consecuencia de la ola de disturbios donde uno de los policías resultó herido y tuvo que ser atendido en un centro médico, aunque su estado carece de gravedad.

RBS dijo en un comunicado que era “consciente de la violencia” desatada a las puertas de su oficina central y que “ya había tomado las medidas correspondientes”, en referencia a la orden de cierre de las sucursales de esta entidad bancaria.

Miles de personas tomaron parte en las manifestaciones organizadas en la víspera de la reunión del G-20 en el distrito financiero de Londres, donde centenares de activistas elevaron la escala de las protestas, en principio pacíficas, con ataques a entidades bancarias como el Royal Bank of Scotland (RBS), actualmente seminacionalizado debido a la mala gestión de la anterior cúpula directiva.

Pese a que las demostraciones se iniciaron con normalidad a partir de las 11.00 horas (una más en la Península), cuando los participantes partieron de las cuatro bocas de metro que dan acceso a la City, a medida que avanzaba la jornada, tras el punto culminante ante la sede del Banco de Inglaterra a las 12.00 horas, parte de los concentrados recrudecieron las acciones y entraron en una oficina del RBS tras haber roto los cristales.

Las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a establecer cordones de seguridad debido al “incremento de los niveles de violencia” para mantener controlados a los miles de participantes, incluso pese a que la mayoría protestaba de forma pacífica con lemas como 'Revolución' repetidos insistentemente tanto a viva voz como con los numerosos altavoces con los que muchos acudieron a una cita organizada por 'G-20 Meltdown' y 'Financial Fools Day'.

No obstante, grupos reducidos formados por una combinación de anarquistas, antibelicistas y activistas ambientales aumentaron la tensión de las manifestaciones con el lanzamiento de objetos a los agentes entre los que figuraban botellas, piezas de fruta, huevos y pintura, así como despojándolos de los cascos que portaban y lanzando bombas de humo. Los policías, por su parte, se defendieron con sus porras reglamentarias y empleando esprays disuasorios.

El resultado de estas refriegas, que se repetieron con carácter intermintente, dejaron heridos en ambos bandos, que se agravaron debido a la retención de personas que se rebelaban contra su inclusión en los grupos de control de los más violentos y que protestaron por las restricciones a las que se vieron sometidos para continuar con las manifestaciones

Por el momento se ignora el saldo global de detenidos, si bien la Policía Metropolitana de Londres ha confirmado el arresto de once personas que contaban con uniformes oficiales de policía y que pertenecerían a un grupo anarquista que formaba parte de una de las numerosas representaciones que se registraron a lo largo de la jornada en la City de Londres.

En este sentido, parte de los asistentes acudieron disfrazados, a partir del liderazgo de los cuatro activistas ataviados como los 'Cuatro Jinetes del Apocalipsis' y que se habían encargado previamente de dirigir las protestas desde las salidas del metro en dirección a la sede del Banco de Inglaterra, donde se concentraron más de 4.000 personas.

Muchos de los que llevaban la cara cubierta fueron obligados a destapar sus rostros y la mayoría portaba pancartas en las que culpaban a las entidades de la deriva de la crisis, con alusiones directas a símbolos del sistema financiero de Londres, como Canary Wharf, y proclamas como 'Llevemos la decencia a la toma de decisiones' o '0% interés en otros'.

Tras este encuentro general de las diversas plataformas que confluyeron ante el edificio del banco central y del Royal Exchange se recrudeció el nivel de protesta, una vez que los asistentes intentaron abandonar el lugar para dirigirse a los actos organizados por los ecologistas en una de las principales avenidas del distrito, Threadneedle Street.

La Policía articuló diversos controles para impedir el paso que provocó las iras de los manifestantes, que comenzaron a corear: “Es nuestra calle, es nuestra calle”. Los enfrentamientos dejaron un notable número de personas con cortes que fueron apartadas por las fuerzas de seguridad, que continuaron empleando los esprays disuasorios con los que pretendían aplacar las protestas.

Las principales concentraciones policiales se registraron tanto en las bocas del metro como en el Banco de Inglaterra, donde además de a pie y otros a caballo, se podía ver dispositovs de agentes en el tejado, así como a numerosos trabajadores de la entidad desde las ventanas registrando con sus teléfonos móviles la escena que tenía lugar en el exterior.

En este contexto, muchos negocios de la City pusieron el cartel de cerrado, advertidos por la propia Cámara de Comercio de Londres de las consecuencias de la jornada de hoy, y la mayoría de los empleados de las entidades financieras acudieron a sus trabajos ataviados con ropa informal, aconsejados por su propia dirección para evitar ser blanco de las iras de los manifestantes.

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