Abu Mazen ilegaliza la milicia de Hamas y nombra un nuevo Gobierno palestino
Para Abás, el gabinete de emergencia, que juró este domingo el cargo en la sede cisjordana de la Presidencia, la Mukata de Ramala, es “el único gobierno nacional palestino...y no hay otro en Gaza”.
Tras la jura del Gabinete, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) declaró ilegal el Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamás.
Por su parte, el nuevo primer ministro, Salam Fayad, ha congelado las cuentas del anterior ejecutivo de unidad nacional, formado por Hamás y el partido nacionalista que lidera Abás, Al-Fatah.
En su primer discurso, sin embargo, Fayad aseguró que “hará todo lo que pueda por asegurar las necesidades básicas” de la población de Gaza.
“Estáis en nuestros corazones y nunca os dejaremos solos”, dijo Fayad a los palestinos de la franja.
No obstante, estas declaraciones, el nuevo Gobierno difícilmente tendrá autoridad sobre Gaza, tomada por el grupo islamista Hamás el pasado jueves.
Hamás ha declarado ilegal el Ejecutivo de emergencia y sigue considerando legítimo el Gobierno de unidad nacional. Abás disolvió ese Gobierno el pasado jueves, cuando Hamás tomó la franja de Gaza tras cinco días de combates, pero el primer ministro de ese gabinete y líder de Hamás, Ismail Haniye, no acata esa decisión.
Cuatro de los ministros del nuevo Gobierno de emergencia son de Gaza, y, pese a que no reconoce su autoridad, Hamás ha asegurado que no tratará de hacerles ningún daño.
Los primeros objetivos del nuevo Gobierno de emergencia serán restablecer la seguridad en los territorios y lograr el levantamiento del boicot impuesto por los principales donantes de la ANP a los dos anteriores gabinetes con participación de Hamás.
El primer propósito será difícil de cumplir en Gaza, donde Haniye nombró el sábado nuevos mandos para dirigir los organismos de seguridad de la ANP.
El segundo es mucho más asequible pues Abás cuenta con el apoyo de Estados Unidos, de la Unión Europeo (UE), de Israel, del Cuarteto para Oriente Medio (ONU, EEUU, UE y Rusia) y de los países árabes, y puede lograr que las ayudas directas, suspendidas hace 15 meses cuando Hamás llegó al poder por las urnas, vuelvan a fluir.
En las relaciones con el exterior, Fayad, un economista independiente, de reputación internacional por su labor en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, será una importante baza.
Fayad era ministro de Finanzas en el anterior Gobierno de unidad nacional y retendrá esa cartera, además de ocupar la de Exteriores, con lo que en él recaerá la responsabilidad de restablecer el flujo de ayudas.
Las ayudas directas al Gobierno de emergencia sólo deberían beneficiar a Cisjordania, mientras en Gaza, región de por si más pobre y aislada, empieza a haber penurias energéticas, de alimentación y de servicios sociales, debido a los recientes combates y el consecuente cierre de fronteras.
Entre los doce ministros del gabinete de emergencia hay dos mujeres, dos cristianos y sólo dos miembros de Al-Fatah. La Presidencia palestina lo describe como “un gobierno de tecnócratas independientes”.
Entre ellos destaca el titular de Interior, Abdel Razak Al Yahya, que ocupó ya este cargo con Yaser Arafat y perdió el puesto después de condenar la Intifada palestina.
Según la legislación palestina, un gobierno de emergencia puede funcionar durante un máximo de seis meses, y durante los tres primeros meses no precisará aprobación del Parlamento, algo importante ya que el actual Legislativo tiene mayoría de Hamás.
En su primer discurso como primer ministro, Fayad se refirió a la batalla entre facciones que se acaba de vivir en Gaza y que acabó con la victoria de Hamás.
Han sido días “oscuros y vergonzosos” en los que se han cometido actos “contrarios a la tradición palestina”, dijo, pero añadió que esto no afectará la determinación de su Gobierno