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Egipto continúa sus elecciones tras registrar ayer una participación menor de lo esperado

MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Los egipcios eligen prosiguen este domingo la votación en el segundo día de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que enfrentan al islamista Mohamed Mursi y el exmilitar Ahmed Shafiq, después de que ayer los primeros índices de participación arrojaran una asistencia menor de lo que se esperaba en un primer momento.

El secretario general de la Comisión de las Elecciones Presidenciales, Hatem Bagato, ha reconocido que la participación no ha alcanzado las cifras estimadas inicialmente y además ha denunciado además una serie de violaciones de la normativa electoral que están ya siendo investigados por la Justicia.

Así, ha citado los casos en los que los votantes se han negado a utilizar los bolígrafos que les proporcionaban los miembros de las mesas electorales porque la tinta de éstos se borraba con facilidad después de marcar la casilla de uno de los dos candidatos, el islamista Mohamed Mursi y el ex primer ministro de Hosni Mubarak Ahmed Shafiq.

“Es un crimen electoral que daña todo el proceso en su conjunto”, ha afirmado Bagato en las declaraciones a Al Yazira.

Los comicios están marcados por la decisión del jueves del Tribunal Constitucional egipcio de disolver el Parlamento, primera institución democráticamente elegida tras la revuelta que supuso el fin del régimen del presidente Hosni Mubarak.

Así, el relevo de Mubarak deberá asumir el cargo, si todo transcurre según lo previsto, sin un contrapeso efectivo en el Poder Legislativo, y con un Ejército reforzado en su papel de garante del orden y elemento contrarrevolucionario.

El candidato más votado en la primera vuelta, celebrada los días 23 y 24 de mayo, fue Mursi, candidato de los Hermanos Musulmanes, que consiguió más de 5,7 millones de votos (24.78 por ciento), mientras que Shafiq obtuvo 5,5 millones de votos (23,66 por ciento).

Mursi cuenta con el crédito de su historial de lucha contra el régimen de Mubarak durante sus años como diputado y como activista de los Hermanos Musulmanes, grupo ilegal pero tolerado durante esa época. En su haber figura que en ningún momento se postuló él mismo para la presidencia, pero, por ese mismo motivo, si es elegido presidente, la máxima autoridad del Estado estaría bajo control de un grupo político, lo que le restaría credibilidad.

Sin embargo, la opción de Mursi sigue siendo la única auténticamente revolucionaria, dado el pasado de Shafiq en varios cargos de responsabilidad bajo la presidencia de Mubarak. De hecho, Shafiq fue el último primer ministro de Mubarak y, por tanto, tiene una responsabilidad directa en la violenta represión de las protestas que culminaron con el derrocamiento del mandatario.

Desde el punto de vista político, los Hermanos Musulmanes han elaborado un profundo y prolijo programa denominado 'Proyecto Renacimiento' que promete convertir a Egipto en un país desarrollado. También desde el punto de vista político, Mursi aboga por una mayor influencia de la religión musulmana e incluso ha llegado a defender la ablación genital femenina de niñas como una “elección” de sus familias.

Por último, los defensores de Mursi alegan que su elección permitiría la generación de un contrapoder al Ejército, auténtico sustento de las décadas de gobierno de Mubarak. De hecho, los islamistas defienden un sistema semipresidencialista o parlamentario.

En cambio, Shafiq encarna al régimen de Mubarak y cuenta por ello con todo el aparato de poder construido pacientemente durante lustros. Tiene el rango de teniente general, fue ministro de Aviación Civil y último primer ministro de Mubarak.

Su propuesta es la del orden y la seguridad e incluso ha respondido claramente que volvería a responder con mano dura a las protestas si se vuelven a producir. Más de 800 personas murieron durante la conocida como Revolución del 25 de Enero, muchas de ellas cuando Shafiq ya era primer ministro.

Sin embargo, los defensores de Shafiq argumentan que supone la opción más progresista y laica y sostienen que traería de vuelta el crecimiento y la estabilidad de la época de Mubarak, mientras que los aspectos negativos quedarían relegados.

Incluso los revolucionarios consideran que Shafiq es una mejor opción estratégica que Mursi, ya que creen que sería más fácil movilizarse de nuevo contra él, propiciaría una unión de las fuerzas revolucionarias que Mursi no ha logrado ni siquiera para estas elecciones y forzaría a los Hermanos Musulmanes y a los salafistas a moderar su discurso.

Pero una tercera opción parece estar ganando peso en los últimos días: la de la abstención o el voto nulo. No faltan las voces que denuncian que la votación estuvo amañada incluso en primera vuelta a favor de Shafiq, por lo que no sería extraño un nuevo 'pucherazo'.

Entre ellos destacan los grupos más radicales de la revolución, que abogan por la creación de un Consejo Presidencial Civil formado por los candidatos descartados en la primera vuelta. Su propuesta pasa por deslegitimar al candidato que venza en los comicios de este fin de semana alegando que no representa a la revolución.

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