Los nacionalistas flamencos logran un tercio de escaños
El hasta ahora minoritario N-VA, joven partido de los independentistas y conservadores flamencos, se impuso este domingo en las elecciones belgas al lograr 27 de los 150 escaños del Parlamento y convertirse con 27 escaños en la primera fuerza del país, según los resultados oficiales tras el escrutinio de la totalidad de los votos. Su líder, Bart de Wever, dijo “tender la mano a los francófonos” para negociar la profunda reforma del Estado que reclaman los flamencos y que daría más competencias a las regiones.
En su primera aparición en la tarde electoral, ofreció a la comunidad francófona negociar para afrontar “lo antes posible” la “necesaria” reforma del Estado, tras unas elecciones anticipadas convocadas a quince días de asumir la presidencia de turno de la UE y con la división del país como telón de fondo.
El Partido Socialista valón (PS), que se impuso en la mitad sur del país y logró 26 escaños en la Cámara, recogió el guante de De Wever y se mostró dispuesto a negociar un acuerdo “equilibrado” que beneficie a flamencos, valones y bruselenses, según adelantó su líder, Elio di Rupo. El partido socialista flamenco (Sp.A) suma 13 escaños.
La reforma del Estado para dar más competencias a las regiones en materia fiscal, empleo y seguridad social, además de compartir la gestión de Bruselas, son exigencias de los nacionalistas flamencos, pero también líneas rojas para las formaciones valonas, que temen quedar relegados por el norte, región más rica y con mayor población.
Otros bajan
Frente a la victoria histórica de los nacionalistas flamencos del N-VA, otras fuerzas independentistas de la mitad norte del país sufrieron pérdidas importantes, como la Lista de DeDecker, que se quedó sin representación parlamentaria, y la ultraderecha de Vlaams Belang, que sólo pudo reeditar 12 de los 17 escaños conseguidos en los comicios de 2007.
También han perdido apoyos los liberales de las dos comunidades: el Movimiento Reformador valón (MR) cayó cinco escaños hasta los 18, mientras que los flamencos del OpenVLD -que con su salida del Gobierno de coalición forzaron la dimisión del aún primer ministro, el democristiano Yves Leterme- se quedan con 13 escaños, tras perder también cinco representantes.
La formación de Leterme, los Cristianodemócratas y Flamencos (CD&V), tras tres legislaturas siendo la primera fuerza, consigue 17 escaños, mientras que su equivalente francófona (CdH) obtiene 9 escaños.
Los verdes, por su parte, se mantienen con 8 escaños en su representación valona (Ecolo) y gana un escaño y suma cinco, en su forma flamenca (Groen).
El N-VA mantiene su liderazgo en el Senado, en donde consigue nueve de los 40 escaños en juego. El PS logra siete escaños tras recuperar tres, y cuatro representantes consiguen el Open VLD, el CD&V, el Sp.A y el MR. Los ultraderechistas del Vlaams Belang cuentan con tres escaños, por delante de CdH (2), Ecolo (2) y Groen (2).
Próximos pasos
La Nueva Alianza Flamenca, que defiende la independencia de la región, se convierte también en la fuerza más votada en todo el territorio belga, por lo que De Wever debería ser el primer candidato al que el rey Alberto II encargue la formación de un nuevo Gobierno.
Sin embargo, el líder del N-VA se ha declarado en el pasado dispuesto a apoyar a un líder valón para dirigir el futuro Ejecutivo federal, pese a que Bélgica no ha tenido un primer ministro francófono en las tres últimas décadas. Di Rupo es el más señalado por analistas y medios para ocupar este cargo.
Muchos políticos identifican el triunfo de N-VA con el hartazgo de la opinión pública flamenca por la falta de avances durante los tres años de Gobierno del democristiano flamenco Yves Leterme para dar más autonomía a las regiones.
La eterna disputa entre flamencos y valones por los derechos lingüísticos de un distrito electoral de las afueras de Burselas, Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV) fue el detonante que hizo caer al último Ejecutivo federal.
A partir del lunes se espera que el monarca inicie una ronda de contactos con los líderes de los grupos políticos y designe al vencedor que forme Gobierno. Los complicados equilibrios entre las dos comunidades que debe respetar el Ejecutivo federal belga augura largas negociaciones para formar coalición, que podrían alargarse hasta el otoño, pese a que Bélgica asumirá este 1 de julio la presidencia de turno de la UE.
Tras ganar las elecciones en junio de 2007, Yves Leterme necesitó nueve meses y varios amagos de dimisión para construir una frágil coalición que finalmente cayó hace poco más de un mes.