Una silla vacía para el Nobel de la Paz
El presidente del Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz, Thorbjoern Jagland, comparó este viernes la ausencia del disidente chino Liu Xiaobo en la ceremonia de entrega de los premios con la de otros destacados disidentes del pasado que tampoco pudieron recibir personalmente el galardón, como Aung San Suu Kyi, Andrei Sajarov o Lech Walesa.
“Lamentamos que el galardonado no esté presente hoy [este viernes]”, afirmó Jagland durante el discurso previo a la ceremonia, que se celebra en Oslo. Liu “se encuentra aislado en una prisión del noreste de China”, prosiguió. “Ni siquiera la esposa del galardonado, Liu Xia, ni sus más próximos familiares han podido estar con nosotros”, añadió.
“Este hecho por sí solo ya demuestra que este premio es necesario y apropiado”, aseguró el presidente, quien recordó que “ha habido numerosas ocasiones en el pasado en las que no se permitió asistir al galardonado”.
“Hubo muchos problemas en 1935, cuando el Comité concedió el premio a Carl von Ossietzky”, explicó. El dictador alemán Adolf Hitler “se puso furioso y prohibió que ningún alemán aceptase el Premio Nobel”. “Ossietzky no vino a Oslo y murió apenas un año más tarde”, recordó.
“Hubo una considerable indignación en Moscú cuando Andrej Sajarov recibió el premio en 1975. También se le prohibió recibir el galardón en prisión y envió a su esposa”, prosiguió. “Lo mismo hizo Lech Walesa en 1983”, agregó. “Las autoridades birmanas se pusieron furiosas cuando Aung San Suu Kyi recibió el Premio de la Paz en 1991”, señaló. Por tanto, “una vez más, el laureado no ha podido venir a Oslo”.
“En 2003, Shirin Ebadi recibió el Premio Nobel de la Paz. Ella sí vino. Se podrían decir muchas cosas sobre la reacción de las autoridades iraníes, pero el embajador iraní al menos asistió a la ceremonia”, afirmó.
“El hecho es que este premio nunca se ha concedido para ofender a nadie”, declaró Jagland. “La intención del Comité Nobel ha sido pronunciarse sobre las relaciones entre los Derechos Humanos, la democracia y la paz”, añadió.
El Premio de la Paz “ha sido importante para recordar al mundo que los derechos ampliamente compartidos en la actualidad son el resultado de la lucha y el éxito de personas que asumieron grandes riesgos”, manifestó. “Ellos lo hicieron por los demás. Es por ello que Liu Xiaobo merece nuestro apoyo”, aseveró.