‘La saga del urinario’ es una canción que grabamos hace ya bastantes años, una sátira de la burocracia, y que en cierto sentido y sin presumir de modestia era profética pues en eso estamos, atrapados en una maraña de trámites que todo lo complica y retrasa. En la canción un profesor iba al baño y lo encontraba en obras, iba al director y el director ante la gravedad del tema y cumpliendo protocolos llamaba al inspector que mostraba su honda preocupación por las necesidades de aguas menores en el instituto, y llamaba al consejero, el tema se generalizaba, se ramificaba, intervenían expertos en desagües y en urología y el profesor seguía apretando los esfínteres, al final el tema llegaba a la ONU mientras el profesor corría al barranco a enriquecer el mermado acuífero, pero el director le reprochó que resolviera el tema individualmente, que su meada era ahora cosa de todos, en fin, congresos, simposios, etc., y el baño seguía inoperativo. Creo que al hilo del argumento si Rusia atacase Europa llegaría a París mientras los parlamentos de los países de la UE seguirían discutiendo qué hacer, cómo enfocar el tema, cumplir con los protocolos, pues somos gobiernos garantistas y las decisiones que nos afectan a todos llevan su tiempo, al final, los pérfidos y expeditivos americanos vendrían una vez más a sacarnos las castañas del fuego mientras aquí el baño seguiría cerrado y los rusos marcharían sobre Bruselas cantando alegres canciones. Avisados quedan, luego no digan.