“La Isla no tiene expectativas por las políticas miopes y erráticas de CC y PP”
Es empresario, agricultor y entrenador nacional de fútbol, actividad que nunca ha ejercido. Argelio Hernández Ortega (Barlovento, 1954) inició la carrera de Derecho en la Universidad de La Laguna (ULL), que no pudo concluir por “diversas circunstancias”. En 1982 se afilió al PSOE y un año después, con 26 años, fue elegido alcalde de Barlovento, cargo que desempeñó durante 19 años. En la legislatura 1987-1991 fue diputado regional, y en los periodos 1995-1999 y 1999-2003, consejero del Cabildo. Posteriormente, en 2003 fundó Iniciativa por La Palma, partido de ámbito insular con el que aspiró a presidir la Corporación insular en las elecciones de ese mismo año, aunque no obtuvo representación. Desde 2007 colabora con Nueva Canarias, y en la actualidad es miembro del Consejo Político, de la Ejecutiva Regional y vicepresidente insular de esta formación. En gastronomía no es nada exigente, se conforma con “pan y fruta”. El tiempo libre lo dedica a la música y el deporte. Está leyendo ‘Las preguntas de la vida“, de Fernando Savater.
-¿Cuál cree que es el principal problema que tiene La Palma?
-La falta de expectativas reales, a corto y medio plazo, de crecimiento y desarrollo económico, que cree riqueza y genere empleo, especialmente para la gente joven. A esta situación, obviamente, no se ha llegado por casualidad, sino que es directamente proporcional a las políticas miopes, erráticas y desafortunadas que desde hace más de década y media vienen aplicando en esta isla CC y PP, en consonancia con los gobiernos de Canarias de turno, que han sido corresponsables.
-¿Qué compromiso adquiere con los ciudadanos?
-Nueva Canarias, y yo personalmente en nombre de toda la candidatura, nos comprometemos con nuestro programa electoral -que es para nosotros un contrato con la gente de esta isla- a desarrollar políticas de progreso que vayan encaminadas al beneficio de la mayoría social y no al clientelismo político, al populismo y, en definitiva, a políticas irresponsables que sólo han beneficiado a una minoría privilegiada y caciquil, y que tanto daño han hecho a La Palma. En consecuencia, potenciaremos los servicios públicos como la sanidad, la educación y los servicios sociales y todas aquellas acciones políticas que generen empleo para nuestra gente, haciendo compatible el crecimiento económico con la sostenibilidad del territorio. Apostaremos sin reserva para que La Palma sea una isla cien por cien renovable y solidaria con todos sus pueblos, propiciando un crecimiento equilibrado. Nueva Canarias quiere contribuir, con su forma de hacer política, a elevar la autoestima, la ilusión y la dignidad y orgullo de ser palmero.
-¿Cuál será la primera medida que adoptará si es elegido presidente del Cabildo?
-Es difícil hablar de una primera medida pero, dada nuestra forma de entender la política como vocación de servicio público y defensa siempre del interés general, propondremos a las demás fuerzas que concurren a estas elecciones y a la sociedad civil, un gran acuerdo económico, social y político por La Palma, por encontrarnos ante una difícil encrucijada que, sin duda vivimos, y que no tiene precedentes desde los años 40 y 50 del pasado siglo. Menos guerras políticas partidistas, y a veces miserables y sectarias que tanto daño nos hacen, y más democracia, honradez, transparencia y consenso en la gestión política. En definitiva, política con gran altura de miras, política con mayúsculas.
-¿Qué modelo económico defiende para la Isla?
-Sintetizando mucho, por razones de espacio y tiempo, el programa de Nueva Canarias para La Palma se basa en tres ejes fundamentales. Por un lado, la diversificación de la economía, que pasa, entre otras cosas, por poner el planeamiento insular con sus necesarias modificaciones y revisiones al servicio de la economía y de la gente; y no al contrario, como ha venido sucediendo en este tiempo pasado. La Palma no puede seguir siendo permanentemente por falta de una planificación ágil, que facilite las cosas y ofrezca seguridad jurídica, ‘la isla del no’, para todo aquel ser vivo, de aquí o de fuera, que tenga inquietudes e iniciativas. Como consecuencia de lo anterior, Nueva Canarias pretende, si accedemos al gobierno insular, simplificar y reducir la maraña legislativa, complejidad de normas, informes, duplicidades y, en definitiva, burocracia que obstina a los promotores y emprendedores y dilata en el tiempo y a veces definitivamente los proyectos y la generación de empleo. En segundo lugar, una apuesta clara por el sector terciario, que complemente a la agricultura y la ganadería, con un objetivo irrenunciable: poner en valor las producciones locales, elevar y dignificar los niveles de renta de nuestros agricultores y ganaderos y conseguir la soberanía alimentaria. En este sentido, debemos ser capaces de establecer un equilibrio exquisito entre el desarrollo turístico, el medio ambiente y el sector primario, que garantice el presente y no hipoteque el futuro de la isla. En tercer lugar, la potenciación de los servicios públicos (sanidad, educación, servicios sociales y cultura). También pretendemos mejorar el sistema de transporte y la conectividad interior y exterior, desarrollar las energías limpias e impulsar políticas realistas de viviendas públicas de primera necesidad social. Finalmente, y no por ello menos importante, promover con la agilidad que la situación demanda, y hasta que sea objetivamente necesario, un ambicioso plan de empleo público en colaboración con las organizaciones empresariales, los sindicatos, ayuntamientos y Gobierno de Canarias, que ayude a paliar la difícil situación socioeconómica por la que pasa actualmente la sociedad palmera. Asimismo, y con la misma filosofía, un plan de lucha integral contra la pobreza, la exclusión y el desarraigo social que sume los esfuerzos de organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales y ayuntamientos.
¿Está dispuesto a pactar con cualquier partido para formar gobierno?
No. Nueva Canarias solo pactará con aquellas formaciones políticas que compartan nuestro programa y sus valores básicos. Políticas de progreso, defensa de los servicios públicos esenciales, transparencia en la gestión pública, cercanía con la gente y lucha contra la corrupción. En definitiva, un gobierno para la mayoría social.