Dos menores migrantes llevan tres días bajo custodia policial a la espera de que el Gobierno canario los acoja

La Policía Nacional tiene bajo su cuidado desde el pasado viernes a dos menores rescatados por Salvamento Marítimo de una patera a la espera de que el Gobierno de Canarias se haga cargo de su acogida, según han informado a EFE fuentes de la Administración del Estado.

Los dos chicos, que aseguran tener 14 y 16 años, fueron rescatados por la Guardamar Urania el viernes al este de Lanzarote, tras haber sido localizados a bordo de una lancha neumática con 47 adultos. En ese mismo rescate, la Urania socorrió a otro grupo de 33 personas en otra embarcación, y los trasladó a todos a Fuerteventura, dado el nivel de saturación que tenían los recursos de Lanzarote.

Todos ellos, los 82, fueron acomodados el mismo viernes en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de Fuerteventura, una instalación policial diseñada para adultos, en la que los inmigrantes pueden ser retenidos un máximo de 72 hora para su filiación.

Las fuentes han precisado que, desde el sábado, los dos menores están solos en el CATE de Puerto del Rosario, porque los 80 adultos que llegaron a tierra con ellos están ya en recursos de acogida de la red del Ministerio de Migraciones.

En cambio, los dos adolescentes están a la espera de que un agente de la Policía Autonómica de Canarias o un funcionario de la Dirección General de Protección a la Infancia de la comunidad autónoma acuda a hacerse cargo de ellos y les traslade a un centro para menores. 

Desde El Hierro, el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, ha dicho que sigue habiendo situaciones que “no comprenden” en la relación con el Ejecutivo canario para la acogida de menores.

“Ha habido este fin de semana algún menor que ha estado tres días en Fuerteventura. Creo que los recogen hoy”, ha señalado Pestana, en referencia a los chicos del CATE de Puerto del Rosario.

El delegado del Gobierno ha subrayado que “comprende” la presión que soporta la comunidad autónoma, que ya acoge a casi 6.000 menores, pero ha recalcado que esta no es “la mejor práctica”.