Siete medidas para reducir a la mitad la escasez de agua en Gran Canaria

Presentación del estudio de Acuorum. (CABILDO DE GRAN CANARIA)

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

Reducir el consumo y aumentar los recursos mediante tecnología eficiente y contrastada. Es la premisa sobre la que se asienta un estudio que pretende impulsar un modelo de gestión sostenible del agua en Gran Canaria con siete medidas que, según los cálculos de la fundación que lo promueve, lograrían recortar con el horizonte fijado en 2027 hasta un 53% el déficit hídrico de la isla para poder así satisfacer la demanda de sus ciudadanos.  

Acuorum, fundación constituida en Las Palmas de Gran Canaria en marzo de 2015, ha presentado este miércoles el primer número de su revista AcuaMag, que incluye este estudio elaborado en colaboración con las sociedades Canaragua y Suez WaterEurope, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Cabildo, a través del Consejo Insular de Aguas.

Un proyecto de investigación encargado por Canaragua en 2014 y dirigido por José Jaime Sadhwani, director de Sostenibilidad de la ULPGC, es la base del documento estratégico presentado este miércoles. “El agua es un bien limitado cuya disponibilidad, más allá de los recusos naturales, depende de la capacidad tecnológica. Ahora estamos en el momento cumbre del plan hidrológico vigente, tenemos que aprovechar la situación”, ha resumido Sadhwani en el acto celebrado en el patio de la Casa Palacio, sede del Cabildo insular.

El investigador ha advertido de los riesgos de la sobreexplotación de los recursos hídricos por una demanda que tiende a crecer en todos los sectores excepto en el agrario, que permanece constante. Ante esta situación y con la finalidad de preservar los recursos naturales, que proceden de las aguas superficiales y subterráneas y que están condicionados por las escasas e irregulares precipitaciones en Gran Canaria (fenómenos puntuales pero intensos), se ha apostado por los no convencionales, las desaladoras y depuradoras, que no dependen de las condiciones climatológicas pero que implican un mayor coste en cuanto a producción y consumo de energía.

El estudio propone la implementación de dos tecnologías, las denominadas microsectorización dinámica y la telelectura, para reducir el agua no registrada, esto es, la diferencia entre el suministro al sistema y el registro en los medidores de los clientes. Sadhwani ha explicado que la microsectorización permite detectar las fugas del sistema en un corto intervalo de tiempo y contabilizarlas, lo que posibilitaría recuperar el agua con celeridad. El ahorro medio estimado sería del 15%, aunque en algunos municipios el porcentaje podría ascender hasta el 29%.

Mejorar la eficiencia de los regadíos es otro de los objetivos fijados en el documento. El estudio incide en la necesidad de una gestión más sostenible de las comunidades de regantes mediante el control de los consumos, el cálculo de las necesidades hídricas, de las dotaciones de riego y el asesoramiento en cultivos. También aboga por reducir la factura energética, realizando auditorías, analizando los históricos de consumo para optimizar los rendimientos o negociando con las compañías las tarifas, y por implantar mejoras tecnológicas en las instalaciones. Con todo ello, estima que las comunidades de regantes podrían ahorrar hasta un 6,5% del consumo de agua en 2027.

Con el objetivo de aumentar los recursos, el documento plantea mejoras en la captación del agua del mar, controlando la salinidad del agua y mejorando la tasa de conversión en las desaladoras un 0,5%.  Sadhwani considera más eficaces los denominados pozos playeros (sondeos de toma de agua del mar) que las tomas abiertas, “que generan mayor contaminación biológica y tienen problemas de rendimiento”. Gran Canaria tiene en la actualidad 20 plantas de desalación de agua de mar y otras 118 de tratamiento de aguas subterráneas salobres. “Hay que establecer un protocolo para el control de los pozos y el traslado a las plantas”, sostiene.

El director de Sostenibilidad de la ULPGC también ha propuesto como solución la recarga artificial de acuíferos mediante la inyección de aguas tratadas  (con un grado de aprovechamiento del 30% en el escenario previsto en la investigación inicial para 2015 y del 60% en 2027) o la recuperación de las escorrentías que se vierten al mar (con un aprovechamiento del 4% en 2015 y del 8% en 2027). Estas actuaciones “incrementarían la disponibilidad y mejorarían la calidad de las aguas subterráneas”, ha apuntado Sadhwani, que ha mencionado como ejemplos de experiencias exitosas los casos de California, Arizona, Australia o en España, los del Delta del Llobregat y el Alto Guadiana.

Según el análisis publicado por Acuorum, con las cuatro medidas descritas el déficit hidríco se reduciría en 2027 de los 58,5 hectómetros cúbicos al año previstos alos 27,6, lo que significa una reducción de un 53%.

Eficiencia energética y renovables

Además de las propuestas con un impacto directo en la reducción del déficit hídrico, el estudio incluye otros planteamientos enfocados a la mejora de la eficiencia y de la gestión de residuos. Así, en consonancia con los objetivos de ahorro energético plasmados en el documento Europa 2020, Acuorum apuesta por la realización de auditorías energéticas en las plantas depuradoras para acometer una serie de acciones que se traduzcan en una reducción del 29% del consumo y del 31% en los costes de electricidad.

Sadhwani ha incidido en que el binomio agua-energía es trascendental en este modelo de desarrollo sostenible y, por ello, aboga por la generación de electricidad mediante turbinas e instalaciones de energías renovables. El estudio incluye una estimación económica elaborada a partir de los datos proporcionados por el Instituto Tecnológico de Canarias que permite concluir que Gran Canaria cuenta con un potencial de producción “muy elevado” para la implantación de plantas de generación de energías renovables, en especial la eólica y solar, pero también la minihidráulica.

Como última medida señala la necesidad de impulsar una gestión integrada de las redes de saneamiento y del control de vertidos.

Una fundación con raíces cubanas

Ángel Simón, presidente de Acuorum y de la empresa Aguas de Barcelona (Agbar), ha explicado que la fundación surgió gracias a una donación de patrimonio de la empresa mixta Aguas de la Habana, concesionaria del servicio integral del agua en la capital cubana y participada en un 50% por sociedades de la fundación. Simón manifestó que decidieron constituir el protectorado en Las Palmas de Gran Canaria por los vínculos históricos de los isleños con la población cubana y que sus ámbitos de actuación se ciñen “al desarrollo sostenible en el ciclo del agua, la lucha contra la desigualdad y la cultura”.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha defendido la “unidad de acción público-privada para resolver los problemas” y ha agradecido a la Fundación Acuorum que haya “abierto el camino e indicado la senda por la que se ha de transitar” en la gestión sostenible del agua. “Estamos en un momento crítico con dos amenazas. Por un lado, la superpoblación. Tenemos el mismo agua que tenía el Imperio Romano, pero entonces eran 200 millones de personas y ahora somos 7.200. Además, tenemos que diferenciar entre el consumo necesario y el consumismo innecesario”, ha manifestado Morales, que ha insistido en que la isla debe ser un referente mundial en el trinomio agua-energía-alimentación.  

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