Poner fin a los atascos sin invertir millones en nuevas infraestructuras: Tenerife, ante el reto de mejorar su movilidad

Tenerife se enfrenta a diario y desde hace décadas a la congestión de sus carreteras. Con cada desplazamiento en hora punta hacia el trabajo y de vuelta a casa, los residentes en la isla dedican una media de al menos 20 minutos extra en la carretera. En las últimas semanas, y con el descuento en el transporte público, también se han denunciado problemas de hacinamiento en las guaguas y en el tranvía. La búsqueda de una solución a los atascos es un gran reto para las personas expertas en el área. Pero, ¿hay una solución mágica para resolverlos?

Santa Cruz de Tenerife es una de las cuatro provincias españolas más congestionadas, según el servidor de datos de tráfico Tomtom Traffic Index, que recopila información sobre movilidad alrededor del planeta. En Tenerife los viajes se alargan un 21% más a causa de la congestión. Por ejemplo, un trayecto que sin tráfico se haría en 30 minutos pasa a durar seis minutos más por los atascos, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria, que ocupa el puesto número once en ese mismo ranking, se dedican de media cinco minutos y medio extra. 

Los problemas con el tráfico pasan factura y los residentes en Tenerife malgastan de media anual un total de tres días y ocho horas haciendo cola en las carreteras, de acuerdo con el mismo estudio de Tomtom Traffic. La pérdida del tiempo no es la única consecuencia negativa del colapso en las carreteras. El aumento del estrés o las emisiones de gases de efecto invernadero se suman a la lista de daños colaterales de los atascos. Según la Dirección General de Tráfico (DGT),  el estrés altera las capacidades para conseguir una conducción segura y “aumenta peligrosamente” las probabilidades de sufrir un accidente. 

Para paliar esta situación, los expertos y expertas consultados coinciden en que no hay una sola respuesta. La directora de la Cátedra de Economía y Movilidad de la Universidad de La Laguna, Rosa Marina González, afirma que no se puede hablar de una sola solución, sino de un paquete de medidas. En este punto coincide la urbanista María Tomé, que habla de hacer frente al problema de la movilidad desde varios puntos, añadiendo a la ecuación a la ciudadanía como participante en la solución, la perspectiva feminista y el foco ecologista. 

El uso excesivo del vehículo privado es uno de los puntos más problemáticos de la movilidad en Tenerife. Según los datos del Instituto Canario de Estadística (Istac), la isla acapara el 43,9% del total de turismos del Archipiélago. Canarias también encabeza el ranking por ser la zona con menos vehículos con la etiqueta de acceso a Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de todo el país. Una medida que será obligatoria para las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes con la nueva Ley de Cambio Climático. 

“Hacemos un uso desproporcionado del coche, llevando a la construcción de carreteras, que se nos han hecho pocas. Es un círculo vicioso”, añade la catedrática en Movilidad. Sin embargo, el debate se extiende más allá de usar o no el coche. Tenerife cuenta con 821 vehículos por cada 1.000 habitantes, de los cuales 569 son turismos. Es decir, hay un coche por cada dos residentes. La cifra está por encima de la media española y canaria. Al exceso de vehículos privados por habitante hay que añadir el parque móvil de coches turísticos. 

Con el fin de descongestionar el tráfico, el Cabildo de Tenerife ha apostado por la construcción de un tercer carril para la autopista y una obra en la rotonda de Anchieta, en el municipio de La Laguna, donde se produce uno de los grandes cuellos de botella de la isla. Sin embargo, estas nuevas infraestructuras tardarán años en llegar. 

¿Por qué hay un exceso de coches en Tenerife?

“Una razón es cultural”, explica el arquitecto urbanista Rodrigo Vargas. Sin embargo, no es la causa principal. La dispersión de las viviendas en las medianías de la isla ha empujado a los residentes a hacer uso del coche. “Tenemos un problema de acercamiento territorial. Nos hemos ido a vivir lejos y necesitamos desplazarnos para acceder a actividades económicas y servicios”, añade Vargas.

El debate tampoco está en la gentrificación, que se ha situado en el centro del debate público desde hace meses. “No es aquello de que somos muchos, ni de dificultar la entrada a más personas, se trata de un problema en la organización del espacio”, indica el geógrafo José León. 

La distribución de los parques de vivienda en el norte, asentados sobre antiguos terrenos agrícolas y construidos al margen del plan de ordenación, suponen un problema a la hora de gestionar la movilidad. Es  prácticamente imposible llegar con el transporte público a todos los rincones del norte, explica León. Tampoco sería rentable. Sin embargo, hay alternativa. La catedrática Rosa Marina González apuesta por crear varios intercambiadores con aparcamientos en diferentes puntos de la isla para que la ciudadanía se plantee dejar el vehículo privado y continuar su viaje en el transporte colectivo. 

Mientras, el Cabildo de Tenerife planea implantar el transporte a demanda en toda la isla. La iniciativa consiste en acercar con servicios de taxi a las personas que viven en medianías, en puntos dispersos, a la parada de guagua más cercana. Se haría como una especie de transbordo que costaría en torno a diez céntimos. El vicepresidente primero del Cabildo de Tenerife y presidente de la compañía de transporte público Titsa, Enrique Arriaga (Ciudadanos), explica que este sistema de transporte a la demanda se probó en los municipios de Arico y  Fasnia y “fue un éxito” . Por ello esperan repetir la fórmula en toda la isla. 

El arquitecto Rodrigo Vargas explica que sale más barato pagar un taxi a una persona para desplazarse al transporte público más cercano, que invertir en llevar líneas de guaguas a puntos de baja demanda. Este sería uno de los posibles incentivos para fomentar el uso del transporte colectivo frente al coche. En un paquete de medidas más completo, los expertos y expertas avalan la creación de un carril específico para la guagua y los turismos que viajan llenos, un posible carril reversible que cambie en función de la demanda, al mismo tiempo que se ponen trabas al uso del coche privado.

En esta línea, la directora de la Cátedra de Economía y Movilidad de la Universidad de La Laguna, Rosa Marina González, afirma que entre las muchas medidas que son necesarias está fraccionar los horarios. Esta medida permitiría no concentrar todas las actividades a la misma hora. También plantea incentivar el teletrabajo y la enseñanza en línea, en la medida de lo posible, así como el transporte colectivo. Asimismo, propone promover vehículos compartidos para empresas que movilicen a muchos trabajadores y trabajadoras y también entre los estudiantes.  

“Hay que crear incentivos. Si ves que la guagua está parada junto a ti en la cola no generas esa necesidad de usarla, pero si la ves pasar delante de ti, mientras tú estás en un atasco podría despertar interés porque ganarías algo”, añade Rodrigo Vargas.

El objetivo es hacer del uso del transporte público una experiencia agradable. Para ello debe tenerse en cuenta hasta el mínimo detalle, desde tener zonas preparadas para dar sombra, espacio para cobijarse en los días de lluvias, aseos públicos, asientos en las paradas, etc. Además, la urbanista María Tomé añade la necesidad de tener en cuenta la situación de vulnerabilidad de las mujeres al hacer uso del transporte público durante la noche. La falta de un análisis profundo es uno de los hándicaps que ha encontrado esta experta para poder atajar el problema. “Con una parte ínfima de lo que costaría el tren del sur se puede presupuestar una investigación multidisciplinar”, añade. 

Los expertos consultados, contra el tren del sur

El arquitecto urbanista Rodrigo Vargas trabajó con los datos del plan de movilidad que el Cabildo de Tenerife elabora para la isla. De ellos extrajo realidades como que el 70% de los recorridos que los residentes tinerfeños hacen a diario no excede los siete kilómetros.  Solo el 10% de los conductores se desplaza al día en torno a 15 kilómetros. Casi la mitad de estos desplazamientos se dan entre La Laguna y Santa Cruz. Para Vargas, los patrones de movilidad insular indican que un tren no sería la respuesta adecuada para los residentes.

En ello coinciden otros expertos consultados, que rechazan la construcción de los trenes del  norte y el sur como la solución a los atascos. “No somos un territorio peninsular donde el tren lucha contra las emisiones de CO2 de los aviones. Aquí producirá un impacto negativo en el consumo de suelo”, añade Tomé. En este sentido se posiciona el geógrafo José León, que insiste en que el tren no resolvería los problemas de movilidad que existen en Tenerife porque seguiría existiendo la dispersión entre los residentes.

Problemas en el transporte público

“Vamos retrasados en los patrones de movilidad de la isla”, añade la catedrática Rosa Marina González. El pasado jueves 6 de octubre de 2021 fue el día con más atascos de ese año en Tenerife. En total, los trayectos de carretera duraron un 48% más que en condiciones habituales.

El consejero de Movilidad del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga, admite que en la primera parte de este 2022 se ha incrementado el uso del transporte público de largo recorrido. También se ha vivido un nuevo incremento en septiembre con el anuncio del descuento del 50% en las tarifas.

De cara a enero de 2023, el Cabildo espera que se sumen nuevos usuarios por la gratuidad de los viajes para usuarios con bonos de transporte. Para afrontar el aumento de la demanda, la institución espera contar con un parque de transporte público de 780 guaguas. En la actualidad hay en activo 660 de estos vehículos en la isla. Ni grandes carreteras, ni trenes de larga distancia. Las medidas transversales y consensuadas podrían atajar el problema de los atascos en Tenerife.