Un cambio en las becas del Cabildo rebaja la cuantía a estudiantes de posgrado en Tenerife: “Nos deja en situación precaria”

Tatiana y Kelly, doctorandas afectadas por la reducción de la cuantía de becas.

Jennifer Jiménez

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Kelly lleva cinco años realizando su doctorado en el área de Arte y Humanidades en la Universidad de La Laguna (ULL). Todos sus estudios los ha costeado gracias a las becas. “Desde que estaba en Bachillerato llevo ahorrando becas para poder seguir estudiando”, afirma. Mientras que en 2020 percibió 5.000 euros para continuar su investigación y pagar así el alquiler del piso compartido y otros gastos, este año un cambio en las bases de las becas del Cabildo de Tenerife para estudiantes de posgrado que residen en la isla solo le permite percibir una cuantía fija de 1.500 euros más otros 500 por su condición de familia numerosa. La situación económica de su familia hace que encaje cada año en el perfil de beneficiarios con mayor cuantía. Es de Buenavista del Norte, por lo que se ve obligada a alquilar una habitación en un piso compartido de La Laguna. “La excelencia que quieren premiar a quien investiga fuera, también la hay en Tenerife y la están olvidando; si no la subvencionan, no se puede desarrollar”, apunta. 

El Cabildo de Tenerife explica que este curso se ha incrementado el presupuesto total de becas (para grados, máster y doctorado), pero añade que se ha redistribuido para llegar a más beneficiarios. La directora insular de Educación, Isabel Bello, señala que este curso ninguna persona que haya solicitado la beca de la corporación y que cumpliera los requisitos se ha quedado sin percibirla, mientras que otros años había estudiantes que pese a cumplir los requisitos quedaban fuera porque se agotaban los fondos. “Hemos conseguido que no haya lista de reserva”, apunta. Según sostiene, la redistribución que se ha realizado sí puede dar lugar a que quienes recibían mayor cuantía la hayan visto reducida. No obstante, defiende que hasta ahora se venía produciendo un agravio comparativo con respecto a quienes estudiaban fuera de la isla y recibían el mismo importe “con más gastos por desplazamiento”, subraya. “Si estás cursando un doctorado en Tenerife, no tienes las mismas necesidades económicas que si lo estás cursando fuera”, agrega. Además, subraya que las bases fueron publicadas en octubre y no se produjeron alegaciones. Ahora, “no se pueden cambiar las reglas del juego en medio del partido” y “no podemos atender al incremento particular de unas personas”. 

Sobre las bases, doctorandas afectadas por los cambios y que ya preparan un recurso para presentarlo en cuanto llegue el plazo, apuntan a la “falta de claridad en el cambio de criterio”, ya que en el anuncio de la convocatoria se especificaba que “se atenderá a la situación económica familiar de la persona beneficiaria” y, sin embargo, en las bases “se elimina el importe de la cuantía variable en función de la renta familiar para el alumnado que realice sus estudios de posgrado en Tenerife”. Es la primera vez que las becas sufren este cambio al menos desde el curso 2016-2017, cuando Kelly empezó su investigación. Entonces, se tenía en cuenta además de la cuantía fija y la situación de familia numerosa, un criterio adicional por las circunstancias económicas. Este año, “el importe a percibir por el alumnado que realiza sus estudios de máster y doctorado en Tenerife sufre una reducción de hasta un 70% con respecto a las tres convocatorias anteriores”, señala la afectada. 

Tatiana vive una situación similar, aunque con mayor incertidumbre por el futuro ya que se trata de su primer año de doctorado. El primer curso siempre es más complejo económicamente, ya que la cuantía de becas insulares, tal y como está planificado el trámite, llega a curso completado, es decir, las de este año no llegarán hasta octubre. Es doctoranda en el área de Educación y explica que su padre es pensionista y su madre cobra una prestación por ser mayor de 55 años, con lo cual no pueden ayudarla económicamente. Es de La Orotava, por lo que también se ha trasladado a vivir al campus de La Laguna. “Toda la gente que empieza como yo este año el doctorado está en una situación precaria brutal. No solo afecta a este curso, sino que precariza la economía del alumnado de máster y doctorado de cara al próximo año y, por tanto, pone en riesgo la dedicación a su formación investigadora”, lamenta. 

Tatiana y Kelly no son las únicas afectadas. En el escrito que presentarán alegan que la resolución provisional publicada el pasado 16 de abril en la web del Cabildo de Tenerife se contabilizan un total de 833 becas concedidas. De las 65 solicitudes correspondientes a estudios de doctorado propuestas como concedidas, 40 son de personas que realizan su investigación en Tenerife y que, por tanto, optan solo a una cuantía fija de 1.500 euros y un concepto adicional por la consideración de familia numerosa o situación de dependencia o discapacidad de un miembro de la unidad familiar de 500 euros. 

En la alegación se señala que se produce un “agravio comparativo” en esta convocatoria con respecto al resto de estudios que concurren al eliminar la atención de la situación económica de las personas que residen en Tenerife. En el escrito se recuerda además que las becas establecen como requisito general para concurrir “la realización de estudios a tiempo completo y de manera presencial”. Las afectadas insisten en que es muy complejo compatibilizar las ocho horas que hay que dedicarle a la investigación diaria con un empleo. Kelly está en su quinto año (el máximo permitido para el doctorado) precisamente porque ha tenido en algunos períodos que compatibilizarlo con el trabajo en una tienda. Explica que por fin en diciembre expondrá su tesis y recuerda que para llegar hasta aquí ha estudiado el grado en Filología Clásica, después ha cursado el Máster de Formación del Profesorado, más los cinco años de doctorado. Tanto ella como Tatiana subrayan que se encuentran en “estado de necesidad” ya que no existe otra beca como esta para el doctorado. Lo que sí existen son contratos predoctorales con universidades a los que no accede todo el mundo. 

Kelly insiste en que la pandemia ha reflejado la importancia de destinar dinero a la investigación y añade que además de la Ciencia y la Tecnología, el confinamiento demostró la necesidad de la Cultura y las Letras. Reivindica la necesidad de realizar revisiones a todo lo que se ha publicado hasta ahora, con otras miradas. Su tesis revisa los arquetipos femeninos en una obra clásica, del primer siglo antes de Cristo. “Que las nuevas mentes revisen y hagan nuevas lecturas es muy necesario porque necesitamos seguir planteándonos los esquemas ideológicos y humanísticos de la cultura y la sociedad”, remarca. 

La investigadora considera que el Cabildo no ha actuado de mala fe. “Parto de la confianza de que no estaba al tanto de la realidad de los alumnos de doctorado”, asegura. El objetivo es que se pueda revertir esta situación y, en este sentido, recuerda que en el número 122 del Boletín Oficial de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife se estableció que “el importe aprobado para la presente convocatoria asciende a 3.375.000 euros, pudiendo ser objeto de incremento hasta una cuantía total máxima de 6.750.000 euros”. En el recurso insistirán en que se cambie el criterio adoptado por Consejo de Gobierno Insular “que está impidiendo a los alumnos y alumnas que realizan estudios de máster y doctorado en Tenerife optar como en las convocatorias anteriores a una cuantía que atienda a su situación económica familiar”, concluyen. 

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