Compañeros de pádel

Fijones que somos, ponemos la vista en uno de los departamentos de La Caja y nos encontramos con notables cambios, tales como la inexistencia de dos abogados que se caen a otro despacho. ¿Reestructuración en estado puro? No, qué va. Es sólo para hacer un sitito a un amigo de uno de los amigos que recolocó en Canarias el enanismo estratégico. La próxima cena de Navidad promete ser entrañable con tanto buen rollito y un ambiente tan familiar. Es sólo uno más, porque el tal recolocado debe estar tan motivado con eso de que se lo trajeran, que cuentan no para de hacer lo propio con sus allegados, de tal modo que La Caixa es cada vez más Caixa. Ser compañero de pádel es uno de los méritos que más puntuan para ocupar plaza en Triana. No cualquier plaza. Sillón de cuero, alta remuneración (así lo aconseja la buena situación económica) y contrato blindado para que el recién llegado no pueda ser destinado a oficinas en un futuro. Lo que confirma la tesis del primer Top, que las ofis son las galeras y, algo más, que los desembarcados no se fían ni del gato. Por algo será.