Fútbol emocional

Hacía tiempo que no traíamos hasta ustedes en esta sección a la UD Las Palmas, que parecía haber cogido resuello después del despido de Manolo Torres, una de nuestras musas. Pero los acontecimientos nos marcan el paso y nos obligan a ponerles al corriente. No les hablaremos de casos físicos, ni siquiera de fenómenos paranormales, que también los hay. Hoy traemos a colación dos casos que más tienen que ver con las emociones y con la psiquis, más que con otra cosa. Se sorprenderían si les dijéramos que hay un futbolista en plantilla, con contrato de cuatro años, que está en tratamiento psicológico porque tiene miedo a jugar en el Estadio Insular. Es de origen nórdico y amateur. Empezó a jugar con la UD desde la pretemporada sueca, y lleva un tiempito haciéndose el sueco. No se le ve jugando, pero el Carnaval le sienta maravillosamente bien. El otro caso es más emocional si cabe: lo sacaron del once titular y el hombre anda metido en un mar de problemas musculares que nadie es capaz de diagnosticar. Cuando todos cobran, por cierto, ellos cobran también.