La playa de El Confital, siete años padeciendo episodios de contaminación fecal de origen “difuso”
El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El Gobierno de Canarias se ha comportado estos dos días como si a todos sus miembros les hubiera tocado el Gordo de Navidad, con aproximaciones incluidas. No sabían a quien culpar exactamente de que una noticia verdadera hubiera trascendido como trascendió, y de súbito se pusieron a buscar al mensajero para darle el Premio Canarias de la Comunicación. Y ya metidos en la euforia han llegado a pedir que se hagan públicas las grabaciones, lo que hoy reiteramos en aras de la mayor transparencia de la información y la felicidad plena del pueblo canario. Lo malo de la euforia gubernamental es que, por el camino, alguien se olvidó de dos asuntos trascendentales: hay declarado un secreto, que afecta en este caso al empresario emisor de las llamadas conflictivas, y dos: queda como sospechoso el jefe del Gabinete del presidente, Salvador Iglesias. Y lo que hace un jefe de gabinete está cerca del jefe del otro Gabinete.
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