CASO JABLE
La exalcaldesa de Arrecife sostiene que recibió regalos de Urbaser y otras empresas “a cambio de nada” y que “era normal”

María Isabel Déniz, exalcaldesa de Arrecife. (EFE)

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Isabel Déniz, alcaldesa de Arrecife entre 2000 y 2007 (primero con el Partido de Independientes de Lanzarote -PIL- y después con Coalición Canaria -CC-), ha admitido este viernes que recibió regalos de Urbaser y de otras adjudicatarias de servicios del Ayuntamiento porque en esa época “era normal en determinadas fechas”, pero ha negado haber dado un trato de favor a esas empresas. “Cuando he recibido regalos, ha sido a cambio de nada”, ha declarado la exregidora, que solo ha contestado a las preguntas formuladas por su abogado, José María Calero, durante la segunda sesión del juicio por el caso Jable, que juzga una trama de comisiones ilegales para la adjudicación de obras y servicios en el Consistorio de la capital lanzaroteña.

A principios de agosto, quince años después de que comenzara a instruirse la causa y casi seis después de que se formalizaran las acusaciones, la defensa de Déniz presentó un escrito en el que reconocía haber recibido regalos por valor de 45.000 euros y consignó esa cantidad en los juzgados. La tesis de su letrado es que la exalcaldesa incurrió en un delito de cohecho impropio, que es el que comete un funcionario o cargo público cuando acepta regalos a cambio de realizar un acto propio de su cargo o no prohibido. Además, sostiene que los hechos ya han prescrito.

Déniz está acusada de los delitos de asociación ilícita, prevaricación, cohecho y falsedad en documento público. La Fiscalía solicitaba para ella trece años de cárcel y 52 de inhabilitación, además de una multa de 363.355 euros, aunque esa petición de penas se verá reducida por el atenuante de dilaciones indebidas.

“En la época en que fui alcaldesa era normal recibir regalos en determinadas fechas. No me parecía que estuviera haciendo algo malo, estaba socialmente aceptado”, ha declarado la acusada ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas. “La sociedad ha cambiado y yo también y ahora veo que no estaba bien”, afirmó Déniz, que ha agregado que por ello ha reconocido la cuantificación de algunas de las dádivas contenidas en el escrito de acusación de la Fiscalía, no todas, y las ha abonado “para reparar el daño” y mostrar su arrepentimiento.

La exalcaldesa ha reconocido haber recibido de empresas contratadas por el Ayuntamiento “bolsos, foulards, pasminas o invitaciones a actividades culturales”. También viajes o los últimos móviles que comercializaban las compañías telefónicas. Incluso confesó haber aceptado entradas para ir al palco del Santiago Bernabeú, el estadio del Real Madrid, pese a que, según ha señalado, no le gusta el fútbol. “Todas las empresas que tenían una vinculación con el Ayuntamiento siempre tenían un detalle en fechas señaladas con la alcaldesa. Era un regalo al cargo, no a la persona”, ha asegurado.

Según Déniz, la concesionaria del servicio de recogida de residuos sólidos urbanos y transporte al vertedero del Ayuntamiento, Urbaser (antes Tecmed), le pagó cuatro viajes a Madrid. “Eran viajes de trabajo, de jueves a sábado o de martes a jueves” en los que iba acompañada de alguna concejala; del jefe de la Oficina Técnica, Rafael Arrocha, o del secretario municipal, Felipe Fernández Camero.

Sin embargo, uno de esos viajes a la capital tuvo una duración mayor. El billete de ida estaba fechado el 15 de enero de 2004 y el de vuelta, el 1 de febrero. En aquella ocasión fue acompañada del secretario municipal y de sus respectivas parejas. Déniz explicó que tenían una reunión de trabajo en Madrid el 16 de enero y que ella aprovechó para viajar un día después y hasta el 27 de enero junto a su marido a Kenia, vía Tanzania, para celebrar su vigesimoquinto aniversario. La exalcaldesa ha asegurado que Urbaser pagó los billetes a Madrid, pero no a Tanzania.

El gerente de esa empresa en Lanzarote, Jacinto Álvarez, declaró el miércoles que había entregado una cantidad de dinero en un sobre (14.000 euros, según la anotación recogida en uno de sus cuadernos) para pagar ese viaje a África a Déniz, a Fernández Camero y a sus familias, pero ambos acusados lo han negado en la sesión de este viernes.

Déniz también ha negado haber recibido dinero en metálico en sobres o un Rolex valorado en cerca de 5.000 euros. “Nunca, jamás. Ni me lo han ofrecido ni lo hubiera aceptado”. En relación con el reloj de lujo, un exdirectivo de Urbaser reconoció en la primera sesión haber firmado el cheque para su compra. Déniz ha deslizado que pudo ser el gerente de la empresa en Lanzarote, Jacinto Álvarez, quien se quedó con él. Su domicilio fue registrado “de arriba abajo, incluso el cajón de la ropa interior” y no se encontró el Rolex, ha recordado. Sobre una fotografía que figura en la causa y en la que parece portar un reloj de esta marca, comentó que estaba en el ordenador de su hijo menor de edad, que se tomó en la celebración de un cumpleaños y que era “anterior a 2005”.

Aparte del contrato de limpieza presuntamente amañado a favor de Urbaser, en el caso Jable se juzgan también las dádivas que la exalcaldesa habría recibido de Fomento de Construcciones y Contrata (FCC) por la adjudicación del pabellón municipal de Argana Alta. En concreto, el pago de un viaje a Marrakech para ella y varios miembros de su familia.

La acusada ha explicado que tenía previsto visitar la ciudad marroquí, que se lo comentó a un directivo de FCC en una conversación informal y que este (Enrique Hernández) se ofreció a costearlo porque a la empresa le hacían “un precio especial”. Déniz sostiene que intentó devolver esa cantidad y que para ello fue “varias veces” a sus oficinas. “Inicialmente me dijeron que no, después que la contabilidad estaba cerrada ese año... Se los fui pagando a Enrique poco a poco (...) Aunque parezca increíble fue así. No sé si pagué toda la cantidad ni tengo justificantes, pero mi intención siempre fue pagarlo”, ha remarcado.

Déniz ha insistido en que nunca otorgó un trato de favor a las empresas de las que aceptó regalos, dijo que casi todas sus funciones las tenía delegadas en los concejales y que su labor se ceñía a la “representación institucional y al seguimiento y coordinación del trabajo” de los ediles.

También ha cuestionado el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que detectó un notable incremento patrimonial durante su etapa como alcaldesa. “Es el mismo que tenía antes de ser alcaldesa, excepto una finca en el campo”, ha declarado. Su defensa incorporó en la primera sesión del juicio un informe pericial que trata de desacreditar el elaborado por la policía judicial. “Lo asumo en su totalidad”, ha concluido.

“Una apreciación infundada”

También ha declarado este viernes el exsecretario municipal Felipe Fernández Camero, a quien se le acusa de los delitos de asociación ilícita, cohecho, violación de secretos y falsedad en documento público y para quien la Fiscalía pide una pena de once años y medio de cárcel.

En la primera sesión, el jefe de la Oficina Técnica del Ayuntamiento de Arrecife durante esa etapa, el también acusado Rafael Arrocha, lo había involucrado en el amaño del concurso de la limpieza. Contó que fue el entonces secretario quien le facilitó la documentación con las ofertas de las empresas licitadoras antes de la apertura de plicas en acto público. Fue así como este técnico, siempre según su versión, se percató de que Urbaser (entonces Tecmed) no era la mejor posicionada para resultar adjudicataria y se pudo llevar a cabo el “cambiazo”, que consistía en la incorporación a la oferta de esa empresa de mejoras gratuitas que hiciesen superar a su competidora. Todo ello, dijo, siguiendo instrucciones de la alcaldesa.

“El jefe de la Oficina Técnica no dijo nada más que mentiras, mentiras inducidas, además”, respondió este viernes Fernández Camero en una extensa comparecencia que se ha extendido más de dos horas. El exsecretario ha defendido que era “imposible” manipular las ofertas antes de la apertura de las plicas porque los sobres estaban sellados y se hubiera notado y porque la documentación era tan voluminosa que no se hubiera podido transportar. Negó que fuese su responsabilidad la custodia de esos documentos presentados por las licitadores y, tras una larga discusión con el fiscal, defendió que esa labor correspondía al funcionariado del registro de entrada (que dependía orgánicamente de su secretaría) en primera instancia y, posteriormente, a la mesa de contratación, de la que era vocal, pero no secretario.

El fiscal Javier Ródenas le recordó que durante su declaración en fase de instrucción manifestó que desde que entraban las ofertas de las empresas, la custodia correspondía al secretario. “Es una apreciación infundada. Sería un desliz por mi parte, pero es fácil. Se coge la ley y se lee”, ha contestado Fernández Camero.

Según el acusado, la alteración de las ofertas solo se pudo producir tras el acto público de apertura de sobres y, por ello, ha acusado del amaño a Rafael Arrocha, recordando que este técnico tardó “dos meses” en elaborar el informe-propuesta de adjudicación a Tecmed. “Es imposible revisar toda la documentación en dos días”, precisó para tratar de desmontar la tesis según la cual el cambiazo se produjo entre el 14 y el 22 de mayo de 2002.

Fernández Camero admitió que Urbaser pagó alguno de sus viajes a Madrid, pero lo justificó afirmando que se trataba de jornadas de trabajo en las que acudía como representante del Ayuntamiento, que era el trabajo que le encomendaban desde el Consistorio, que en ese momento no tuvo conocimiento de quién abonaba las facturas y que, además, en las mejoras incorporadas por la empresa en la oferta para el contrato de limpieza se reservaba una cantidad para la asistencia de políticos y funcionarios a ferias y congresos.

Sobre el viaje del 15 de enero al 1 de febrero de 2004 a Madrid, afirmó que su finalidad era acudir a una feria y que después se quedó unos días de vacaciones en el piso de su hijo. Negó haber viajado a Kenia y también haber recibido un sobre con 14.000 euros para este fin de manos del gerente de Urbaser en Lanzarote, Jacinto Álvarez, pese a lo declarado por el coacusado. Sí que admitió haber recibido un bolígrafo Montblanc valorado en algo más de 700 euros por parte del representante de esta empresa en la isla en enero de 2004. “Era Navidad y acepté el regalo”, ha dicho.

También han comparecido este viernes ante el tribunal Elena Martín, esposa del acusado Dimas Martín, y José Domingo Abreu, marido de Isabel Déniz, que figuran en esta causa como partícipes a título lucrativo. Ambos se han acogido a su derecho a no declarar. La vista continúa el próximo lunes con la declaración de los primeros testigos.

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