Cuatro días para ver lo mejor de El Cairo: Los grandes museos y lugares fuera de ruta

Un cuarto día en la ciudad de El Cairo da para ver algunos lugares que casi nadie visita. Algunas verdaderas sorpresas que ponen de manifiesto la riqueza patrimonial y cultural de esta capital magna ideal para viajeros que quieran dejarse sorprender: mezquitas ocultas; monasterios coptos escondidos bajo tierra; miradores que se asoman al Nilo; palacios… La ruta propuesta en esta última entrega de nuestra guía de la megápolis cairota (marcada con iconos naranjas en el mapa) no presenta el carácter unificado de las anteriores (Al Moez; La Ciudadela de Saladino y el Barrio Copto) sino que es más bien un listado de propuestas para completar la visita a la ciudad.

¿Merece la pena pasar cuatro días en El Cairo? Sí. La ciudad de las mil mezquitas es gigantesca. Y aunque su carácter caótico y descuidado invita a no entrar en ciertos lugares, la sorpresa puede surgir en cualquier lugar. Una buena manera de entender lo que supone este caos que forma parte del listado de Patrimonio Mundial de la Unesco es ir hasta la Isla de Gezira y subir a lo alto de Cairo Tower (Nile, 106) y echar un vistazo privilegiado a la ciudad desde esa atalaya de casi 190 metros de altura (durante 21 años fue la estructura más alta del norte de África). Desde allá arriba (hay un mirador y una plataforma de observación) puedes ver el Nilo desde una perspectiva privilegiada y el curioso ‘skyline’ del viejo El Cairo con su bosque de minaretes y cúpulas.

Sí, el Museo Egipcio de El Cairo sigue abierto (Plaza El-Tahrir).- Tras la apertura del El Gran Museo Egipcio en la meseta de Giza una de las grandes preguntas que se hacen los viajeros es que ha sido del antiguo Museo Egipcio. Pues sigue abierto y sigue siendo un placer pese a que las grandes piezas (como la mayoría de la colección de Tutankamón) se hayan mudado a la nueva sede. Pero aquí todavía queda mucho que ver (con exposición permanente y muestras temporales) y entre ello el mismo centro que es un museo en sí mismo: un gigantesco gabinete de antigüedades de finales del siglo XIX.

El entorno de este icono cairota también tiene mucho que ver. Muévete entre las plazas de El-Tahrir y Talaat Harb para ver ese pedazo de ciudad a la europea fruto de las décadas de dominio colonial británico: el barrio de Wust El-Balad. Entre los edificios artdecó y racionalistas hay algunos signos de ‘resistencia’ local como la bonita Mezquita de El-Rhama (Mohammed Sabri Abou Alam).

El Museo de Arte Islámico de El Cairo (Port Said).- Es un imprescindible. Otro más. Este museo pasa inadvertido ante la magnitud y la potencia de las antigüedades egipcias pero es uno de los mejores centros arqueológicos e históricos del mundo que hace justicia al papel que ha jugado Egipto como centro cultural islámico a lo largo de la historia. Una maravilla. Aquí vas a encontrar trabajos en madera (desde pequeñas piezas a grandes puertas y artesonados), cerámica, armas, piedra esculpida, monedas… Una vastísima colección que pone de manifiesto la habilidad de los artesanos y artistas musulmanes a lo largo de los siglos. Este museo, además, está en uno de los lugares de conexión entre la ciudad nueva y el Viejo El Cairo con algunos hitos importantes de la historia de la capital que se concentran en la cercana calle de Ahmed Maher.

Aquí nos encontramos con un ‘Qulawan’ en miniatura, un pequeño centro patrimonial que incluye la puerta monumental de Bab Zuwayla (que servía de entrada a la ciudad en el siglo XI siendo el extremo sur de la ciudad fatimí); el Mausoleo de Ibrahim Al Ghulsyani (un edificio del siglo XVI que se convirtió en uno de los centros sufíes más importantes del norte de África) y la Mezquita del Sultán el Muayyad. Para intrépidos de las callejuelas de la medina queda la cercana Sabil-kuttab (fuente) de Ali Bey al-Dumyati (Al-Darb Al-Ahmar).

Parque Al Azhar, un antiguo basurero convertido en el mejor mirador de El Cairo.- Al otro lado de las murallas de el Viejo El Cairo se extiende el gran pulmón verde de la ciudad en una zona recuperada que hasta hace algunas décadas era uno de los vertederos descontrolados más grandes del mundo. Hoy el lugar es un precioso parque con fuentes, paseos y terrazas para tomar el té mientras disfrutas de las mejores vistas de la zona antigua de la capital frente a sus impresionantes fortificaciones medievales. Desde aquí también puedes hacer una escapada hasta la Ciudad de los Muertos, uno de los cementerios históricos más importantes de El Cairo llena de viejos mausoleos muy bonitos de ver (destacan el Mausoleo de Amir Khayrbak y el Mausoleo de Tarabay al-Sharifi).

Un monasterio rupestre a dos pasos de El Viejo El Cairo.- La capital egipcia limita al oeste con un curioso muro de roca arenisca que forma un muro de hasta 50 metros de altura. Es un lugar muy curioso de ver. Así, de la nada surge este cantil que mide varios kilómetros de largo y nos conduce a las arenas de Wadi Degla, un precioso ‘desierto’ salpicado de ‘ruinas históricas’, fortalezas y hasta castillos a pocos kilómetros del centro de la ciudad. Pero nosotros nos vamos a quedar a los pies de este ‘escalón’ para gigantes para visitar el Monasterio de San Simón, que en El Cairo se conoce como ‘la Iglesia de la cueva’. El entorno está muy degradado (aquí hay que venir en taxi) pero este cenobio copto rupestre es una maravilla.

Fotos bajo Licencia CC: Jorge Láscar; Richard Mortel; dustinpsmith; Daniel Villoldo; Archie Wong; Mohd Azli Abdul Malek; Andrea Diener; Francisco Anzola