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Diez museos y monumentos parisinos poco conocidos y que están geniales para los que repiten en la capital francesa

Palacio de Cluny. El único palacio medieval que queda en pie en París.

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El Louvre, el Centro Pompidou o el Museo D’Orsay son algunos de los lugares imprescindibles que hay que visitar cuando se viaja a París por un par de días. Pero la oferta cultural de la capital francesa es gigantesca: casi inabarcable. Sólo para ver el Louvre en profundidad habría que dedicar cuatro o cinco días. La Ciudad de la Luz requiere más de un viaje para conocerla de verdad: y en una segunda, tercera o cuarta visita ya se pueden ir incluyendo otros lugares que se salen de la lista de imprescindibles. Pero estos sitios también son una muy buena opción para dedicar un par de horas al arte y la cultura sin las aglomeraciones características de los grandes centros culturales y patrimoniales de la ciudad. En el mapa podrás ver todos y cada uno de los diez lugares que te proponemos para ir avanzando en nuestra guía particular de París.

El mejor museo dedicado al arte medieval del mundo en el palacio del Abad de Cluny (Rue du Sommerard, 28; Tel: (+33) 1 5373 7800; Web Oficial; Instagram; E-mail: contact.musee-moyenage@culture.gouv.fr).- La historia de esta particular maravilla está vinculada a la tozudez ‘vintage’ de Alexandre du Sommerard, un historiador y arqueólogo francés que, después de la Revolución Francesa, atesoró una colección gigantesca de arte medieval. En aquellos tiempos, el medievo tenía mala fama. Se la conocía como la ‘Edad Oscura’ por lo que Sommerard nadó contracorriente para reivindicar la valía de su arte. Además, la colección se encuentra situada en la residencia oficial del Abad de Cluny, el único palacio medieval que sobrevivió a la piqueta en las sucesivas reformas y revoluciones urbanas. La exposición, que abarca desde finales del Imperio Romano hasta el siglo XIVI, es única. Pero también lo es el edificio. No sólo es el único palacio medieval aún en pie de París, también guarda restos de unas termas romanas, uno de los pocos vestigios de la Lutecia imperial que ha llegado hasta nuestros días. Para nosotros es uno de los lugares más impresionantes de París.

Dar un paseo por toda la historia de París recorriendo las habitaciones de un palacio renacentista (Rue de Sévigné, 23; Tel: (+33) 1 4459 5858; Web Oficial; Página de Facebook; Instagram).- El Musée Carnavalet es una de esas grandes y gratas sorpresas. Lo primero a destacar es que ocupa un precioso palacio del siglo XVI que es uno de los popos ejemplos de arquitectura renacentista en la capital gala, lo que ya bien merece la visita. Pero es que éste es, también, uno de los museos más antiguos del mundo. Aquí se atesora una colección gigantesca de objetos, restos arqueológicos y obras de arte que recorren toda la historia de la ciudad desde la Prehistoria hasta el siglo XIX. Las colecciones artísticas son impresionantes y hasta se guarda la curiosa habitación de corcho (para aislarse totalmente del exterior) que usó el escritor Marcel Proust para escribir ‘En busca del tiempo perdido’.

Visitar la casa de Víctor Hugo y, de paso, ver por dentro uno de los lugares más bonitos de la ciudad (Place des Vosges, 6; Tel: (+33) 1 4272 1016; Web Oficial; Página de Facebook).- La Casa Museo Víctor Hugo se instala en una fastuosa vivienda de casi 300 metros cuadrados de la Plaza de Los Vosgos, uno de los rincones más bonitos de la ciudad. Víctor Hugo y su familia vivieron aquí entre 1832 y 1848 (un total de 16 años). Este museo no sólo sirve para ver algunas de las pertenencias y multitud de documentos del autor (impresionante el mobiliario de inspiración oriental o la cama en la que el escritor murió en 1885), también es una oportunidad única para ver Los Vosgos por dentro. Este complejo de edificios construidos en el siglo XVII fue, en su tiempo, el barrio de moda de París y atrajeron a multitud de nobles y ricos comerciantes.

El Romanticismo parisino a dos pasos del Molino Rojo (Rue Chaptal, 16; Tel: (+33) 1 5531 9567; Web Oficial; Página de Facebook).- El Museo de la Vida Romántica ocupa un precioso edificio del barrio de Pigalle. Este ‘hôtel particulier’ –gran mansión- fue la residencia del pintor Ary Scheffer durante los años que vivió en París. Curiosamente, este pintor anclado al clasicismo se resistió al avance del movimiento romántico que abrazaron de manera entusiasta muchos de sus amigos y coetáneos, pero su casa sirvió de lugar habitual de reunión de grandes exponentes de esta corriente artística como  Eugène Delacroix, Jean Auguste Dominique Ingres, Alphonse de Lamartine, Franz Liszt o Gioacchino Rossini. El museo alberga una parte de la obra pictórica de Scheffer y una gran cantidad de objetos, obras de arte y mobiliario vinculados con el Romanticismo. Otra de las razones para visitar este lugar es el salón de té Rose Bakery, una verdadera delicia.

Meterse de lleno en una obra de arte a través de un proyecto multimedia alucinante (Rue Saint-Maur, 38; Tel: (+33) 1 8098 4600; Web Oficial; Instagram; Youtube).-Atelier des Lumières es un homenaje superlativo al lenguaje audiovisual. Este centro cultural ubicado en una antigua fundición del Distrito 11 (Muy cercano al cementerio de Pere Lachaise) utiliza un potente equipo audiovisual (con 140 proyectores de gran potencia) para convertir sus más de 3.000 metros cuadrados en una experiencia alucinante que bucea en las grandes obras maestras de los genios de la pintura. Las exposiciones son temporales y se centran en algún pintor. Sentirás que estás dentro de las pinturas y descubrirás muchísimos detalles sobre la técnica y la simbología utilizada por los artistas. Es un lugar brutal.

La casa de Eugene Delacroix: una manera de conocer la obra del romántico francés por excelencia sin aglomeraciones (Rue de Fürstenberg, 6; Tel: (+33) 1 4441 8650; Web Oficial; Página de Facebook; Instagram; Youtube).- Los cuadros de Delacroix son uno de los puntos culminantes de cualquier visita al Museo del Louvre. Obras como ‘La libertad guiando al pueblo’ o ‘La Matanza de Quíos’ generan verdaderos tumultos de turistas. Pues también hay una manera de disfrutar de Delacroix, un nombre clave para entender el arte francés del siglo XIX, sin agobios. El museo está instalado en el que fue el último estudio del artista, que se mudó aquí en 1857 para estar lo más cerca posible de la Iglesia del Santo Sepulcro (estaba trabajando en los frescos de una de sus capillas). En el lugar se exponen cuadros y dibujos del genio además de una extensa colección de objetos, documentos y fotografías. Ideal para combinar con una visita a la famosa iglesia que está a dos pasos.

La fábrica de moneda en activo más antigua del mundo (Quai de Conti, 11; Tel: (+33) 1 4046 5666; Web Oficial).- La Monnaie de París se fundó en el siglo IX y desde entonces ha sido una de las cecas más importantes de Europa. Aunque el edificio que alberga la institución es una mole neoclásica de finales del XVIII, los artesanos y talladores de La Monnaie están ahí trabajando desde el año 864. En el lugar aún se siguen acuñando ediciones especiales de monedas en oro y plata así como otras obras de arte en metales preciosos; pero también alberga una impresionante exposición en la que se analiza la historia de las monedas con piezas de todo el mundo que abarcan 1.300 años de historia de la Humanidad. También hay exposiciones artísticas que tienen al metal como el protagonista principal. Para amantes de la numismática.

Un homenaje monárquico a Luis XVI y la polémica María Antonieta (Rue Pasquier, 29; Tel: (+33) 1 4265 3580; Web Oficial).- La Capilla de la Expiación no es un museo. Es una de las muchísimas iglesias y capillas que se reparten por toda la trama urbana de París, pero esta no sólo es especial por ser el lugar dónde fueron sepultados los reyes guillotinados por la Revolución. Es una reivindicación de la Monarquía y también una forma en la que la Francia de la Restauración Monárquica (1814-1830) quiso pedir perdón a Dios por la Revolución. Durante la época del terror revolucionario, este lugar cercano a la Iglesia de la Madeleine fue un cementerio improvisado dónde se enterraron a unas 1.300 personas ajusticiadas en la guillotina; entre ellas el propio Luis XVI y su esposa. La capilla es un hermoso edificio neoclásico adornado con dos conjuntos escultóricos que representan a los reyes ajusticiados (que no están enterrados en este lugar, sino que fueron trasladados a la Basílica de Saint Denis). Aquí también se han hecho enterrar numerosos monárquicos. No es un sitio espectacular, pero tiene una enorme carga simbólica e histórica. Y casi no van turistas.

Pasear por un bosque tropical o un desierto a dos pasos del Río Sena (Allée Jussieu, sn; Tel: (+33) 1 4079 5601; Web Oficial).- Los invernaderos del Jardín de la Escuela de Botánica son uno de los puntos fuertes del Museo de Historia Natural de París. Recientemente restaurados y redecorados, estos pabellones de hierro forjado y cristal son un magnífico ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XIX y, también, bonitos escenarios en los que se puede ‘descansar’ después de un paseo por el Barrio Latino parisino. Los invernaderos recrean los ecosistemas propios del desierto sahariano, las selvas de Nueva Caledonia y un bosque lluvioso tropical. La visita se completa con una cuidada museografía y senderos a modo de ‘exploración y aventura’ que va a apasionar a los niños y niñas.

Entrar en un verdadero submarino de la Guerra Fría a cientos de kilómetros del mar (Avenue Corentin Cariou, 30; Tel: (+33) 892 69 70 72; Web Oficial).- L’Argonaute fue uno de los submarinos más modernos de la Armada francesa de la década de los años 60 (estuvo en servicio entre 1958 y 1982). La embarcación forma parte de la colección del Museo de las Ciencias y la Industria, pero se encuentra en los jardines de la institución (Parc de la Villette) y puede visitarse de manera independiente. El interior de la nave ha sido habilitado para la visita y a través de una audioguía, paneles y fotos se puede conocer su funcionamiento y las condiciones de vida de los 40 marineros que formaban su tripulación. Ideal para ir con niños aunque esté bastante apartado del centro de la ciudad.

Fotos bajo Licencia CC: Jean-Pierre Dalbéra; Paulo O; Allison Meier; jeangui111; Jean-Marie Hullot; Alejandro; Guilhem Vellut

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