“El cultivo del plátano es muy complejo si queremos lograr la mayor productividad”

John C. Robinson.

Ginés de Haro

Santa Cruz de Tenerife —

John C. Robinson, uno de los mayores expertos mundiales en cultivo del plátano, estuvo en Canarias hace dos años. El motivo de su visita fue participar en las jornadas sobre Clima, fisiología y producción de plátanos organizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias. En esta cita, el doctor Robinson habló sobre el control de la fisiología de la platanera. Este especialista es autor de un libro de referencia para todos los que se dedican a esta tarea agrícola, Plátanos y bananas, publicado por CABI (Gran Bretaña), traducido y revisado conjuntamente con el doctor Víctor Galán Sauco, científico canario. El doctor Galán también intervino en la tarea de supervisar la segunda edición al español.

Sudáfrica y Canarias, con una producción de plátanos de similar volumen, comparten clima subtropical. ¿Cuáles son las mayores diferencias entre un lugar y otro?

La media de las temperaturas máximas es ligeramente más cálida en Sudáfrica, y la de las mínimas, levemente más fresca que en Canarias. Globalmente, las unidades de calor son apenas mayores en Sudáfrica, así que el ciclo del cultivo es un poco más rápido que en Canarias. Sin embargo, Canarias cuenta con menos lluvia y más horas de sol que mi país, lo que beneficia la fotosíntesis y el peso del racimo. Como consecuencia, los rendimientos en toneladas por hectárea y año son más o menos iguales. Canarias tiene la suerte de no tener la enfermedad de las hojas por las escasas lluvias anuales, mientras que en Sudáfrica existe un problema con la Sigatoka amarilla. Los vientos son fuertes en las dos zonas, pero probablemente más en Canarias por la cercanía del mar.

Pero, a pesar de esas diferencias, el plátano se cultiva con éxito en condiciones muy diferentes a lo largo del mundo. ¿A qué cree usted que es debido?

A pesar de conocerse que el plátano es muy sensible a diferentes factores externos como temperatura, humedad, agua en el suelo y viento, también se le considera un superviviente, porque la planta es capaz de mantenerse viva bajo condiciones muy severas, por tener mecanismos internos capaces de adaptarse y/o compensar el estrés. Por ejemplo, hay zonas donde la hoja crece más rápido dando como resultado ciclos más cortos, mientras que hay otras donde el ciclo es más largo pero el peso de la piña es mayor. En zonas muy calurosas, con medias de 35º centígrados o mayores, observamos una elevada tasa de emergencia de hojas, y en áreas donde la media de las máximas está alrededor de 28º o menos, tenemos una alta tasa de crecimiento del racimo y de fotosíntesis. Por tanto, las zonas más calurosas pueden producir altos rendimientos por hectárea y año debido al rápido crecimiento de las hojas y ciclos de cultivo más cortos, mientras que las más frescas (como las islas Canarias) pueden producir altos rendimientos por año debido a promedios por piña mayores, a pesar de que los ciclos son más largos.

Debido a esa capacidad de adaptación de la planta, entonces puede pensarse que cultivar plátanos es relativamente fácil.

Bueno, cultivar plátanos es fácil si nos conformamos con mantener el cultivo vivo y los rendimientos a niveles mínimos. Pero es extremadamente complejo hacerlo de tal manera que obtengamos la mayor productividad. Para ello, necesitamos dos cosas: la primera es conocer la respuesta de la planta a diferentes factores internos y externos, y la segunda, saber cómo manejar esa reacción para obtener la máxima cosecha. Tendríamos que tener el cultivo con todos los niveles en sus grados óptimos para conseguir los mejores resultados. Por ejemplo, no es posible fertilizar de forma científica y óptima si el riego es inadecuado.

¿Cuál es la mejor zona del mundo para producir plátanos?

Es una pregunta complicada porque no hay una zona mejor. Todas tienen sus ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, algunas personas piensan que los países tropicales exportadores son los mejores por la alta calidad de su fruta exportada, unas temperaturas muy buenas y estables durante todo el año, tanto por el día como por la noche, la ausencia de daño por vientos y la disponibilidad de agua. Sin embargo, tienen grandes desventajas, como la enfermedad de la Sigatoka negra, lluvia excesiva, problemas de drenaje, lavado de nutrientes y falta de luz solar. Por otro lado, una zona subtropical fresca como Canarias tiene otras ventajas, como unos días largos y muchas horas de luz solar en verano, un buen control de riego y fertilizantes, buenas condiciones de trabajo en la fincas, no hay enfermedades de la hoja y la habilidad de aprovechar estas condiciones con invernaderos. Pero tienen a su vez algunas desventajas, como son las bajas temperaturas y los ciclos largos, los daños severos por el viento, la escasez de agua de riego y los suelos salinos. Analizando todos los pros y los contras, supongo que la mejor zona sería la que combinara una temperatura subtropical con pocos vientos, una suave lluvia subtropical, suficiente luz solar y tener buena calidad en el agua de riego. ¡Yo no tengo nada claro dónde está esa zona! [En este punto, el doctor Robinson pregunta por los precios de mercado en España y por los costes de producción en Canarias, sobre todo por los de mano de obra y agua. Toma nota en una pequeña libreta de los datos y comenta...]. En Canarias tienen la ventaja de la proximidad al mercado español y el hecho de que el 90% de sus consumidores prefieran el plátano canario y estén dispuestos a pagar más por él. Y además reciben una subvención para cubrir los costes de producción. Sin embargo, el agricultor canario paga unas seis veces más por la mano de obra y es mucho más cara el agua que para el agricultor sudafricano. En Sudáfrica los cosecheros no tienen subvención, dependen de un comercio local limitado y solo reciben unos 0,30 euros/kilogramo de éste. Aun así, los agricultores sudafricanos tienen otras ventajas económicas porque sus costes de producción son pagados en la moneda local rand, mientras que en Canarias se pagan en euros (un euro equivale a 15 rands).

¿Qué futuro le ve usted al plátano ecológico? ¿Existe a día de hoy alguna fuente de nitrógeno orgánico que aporte suficiente nutriente a la planta?

Al menos en Sudáfrica, donde, como le decía, solo cultivamos para consumo interno, no existen suficientes consumidores capaces de pagar más por un plátano ecológico. Los agricultores que lo cultivan, que son muy pocos, lo hacen sobre todo por una cuestión de satisfacción personal, pero realmente no es rentable. Tengamos en cuenta que allí hay unos 900 mm/año de lluvia, comparados con los 300 mm de Canarias, así que las plagas y enfermedades son un gran problema para el que serían necesarios fitosanitarios que no están autorizados. Pero el estiércol, compost y ciertas fuentes de fósforo y potasio son asequibles en Sudáfrica. También es posible que los mercados europeos sean capaces de pagar más por el plátano orgánico.

Muchos países presumen de producir el mejor plátano del mundo. En su opinión, ¿cuál es el mejor plátano?

No existe algo parecido al mejor plátano. Si consideramos los mercados de exportación de la Unión Europea y Estados Unidos, los consumidores compran plátanos por la apariencia externa (libres de manchas, un color amarillo brillante y dedos largos). El sabor aparentemente no lo tienen en cuenta. Si contemplamos el mercado interno de los países subtropicales (incluyendo a España con las Canarias), entonces es obvio que el gusto es muy importante ya que sus plátanos son más dulces y de una textura más firme que la de los países tropicales, que tienen menos sol y ciclos de producción más cortos. Los consumidores locales prefieren un plátano más pequeño, y admiten cierta cantidad de roces y manchas en la cáscara.

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