San Bartolomé de Tirajana necesita estabilidad política y tranquilidad institucional para desarrollarse convenientemente. El desarrollo de San Bartolomé es el desarrollo de Gran Canaria, y por extensión el de todo el Archipiélago. Porque, por muy manida que sea la frase, no cabe duda de que este municipio turístico es el motor económico de las Islas. Todos debemos tener esperanzas en que, de una vez por todas, San Bartolomé de Tirajana se convierta en el municipio que tire de verdad del resto de la isla porque cuenta con políticos y gestores eficaces para desarrollar adecuadamente, entre otras cosas, el Plan General de Ordenación que tanta falta hace a la localidad. El sábado se produjo con normalidad el relevo en la alcaldía entre dos mujeres jóvenes y progresistas que representan el presente y el futuro de este término municipal que ha pasado en pocos lustros de convertirse de pueblo a ciudad. Quién nos iba a decir hace unos años que hoy podríamos asistir a un relevo de una alcaldesa por otra sin que se quebrante el espíritu de gobierno de la corporación local. Mari Pino Torres, la nueva alcaldesa, es una persona joven, sí, pero tiene sobre sus espaldas una enorme experiencia de varios mandatos. Es la primera vez que una mujer sustituye a otra en Gran Canaria al frente de una corporación municipal, lo cual es otra buena noticia, una más, pero no una cualquiera. Es muy significativa, lo cual debe alegrarnos. La nacionalista Torres ha relevado en el cargo a la socialista Concepción Narváez, pero la línea que seguirá el consistorio no debe acusar ningún altibajo porque el pacto que continuará gobernando San Bartolomé de Tirajana será el mismo, sin exceptuamos a un errático CCN que se autoexpulsó. El PSOE tirajanero corrigió en el mandato anterior su apoyo inicial al PP de Marco Aurelio Pérez, hoy en día en franca decadencia en el municipio y en la isla, por lo que se demuestra que todavía hay mucha gente que vota a las personas y no a los partidos, contradiciendo así al prepotente y soberbio Soria, que había asegurado que la marcha de sus ex concejales no le afectaría electoralmente. El PP sólo logró en las últimas elecciones un concejal, Fernando Toribio, como el CCN del ex edil socialista Pacuco Guedes, y ambos tendrán que quedarse ahora en la oposición junto a la revivida Agrupación de Vecinos fundada por el ex alcalde Araña del Toro y hoy liderada y retomada por Marco Aurelio, su discípulo más adelantado. Sólo un pacto progresista puede llevar al municipio a su mayor grado de desarrollo y bienestar, así como de riqueza compartida por todos los vecinos y no del enriquecimiento personal de unos pocos. A pesar de que la AV de Marco Aurelio fue la fuerza más votada, es evidente que la unión de los votos populares de los partidos progresistas ha posibilitado que San Bartolomé de Tirajana tenga hoy un color hegemónico determinado de manera justa, democrática y legítima. Porque hay que distinguir claramente entre los bandos que existen hoy en día en el nacionalismo canario. Hay un nacionalismo conservador, cicatero y decimonónico, el de Coalición Canaria, ése cuya única razón de ser es la compraventa permanente y el chalaneo parlamentario. A ese insustancial seudonacionalismo canario se opone el verdadero nacionalismo de Nueva Canarias, el nacionalismo progresista, insobornable y de participación ciudadana. El nacionalismo transparente y democrático que demanda el pueblo sencillo y honesto. Por eso todos debemos alegrarnos y enorgullecernos de que este pacto se haya desarrollado con generosidad mutua entre NC y PSOE, permitiendo este último partido que el ex alcalde nacionalista Pepe Juan Santana Quintana, dirija el nuevo Plan General de Ordenación dentro de la Concejalía de Urbanismo que presidirá la también ex alcaldesa socialista Concepción Narváez. Pepe Juan es de esos políticos tan tímidos e introvertidos como trabajadores y honestos. Me alegra especialmente no haberlo perdido para la cosa pública, a pesar de no haberse presentado en ninguna candidatura el pasado 27 de mayo. Este cruce de responsabilidades representa la unión sincera y de lealtad recíproca de las dos fuerzas progresistas que van a dirigir el futuro de los tirajaneros en los próximos cuatro años, por lo menos. Ojalá tengamos un mandato tranquilo ajeno a triquiñuelas y a otros intereses que no sean los generales de todos los vecinos de San Bartolomé de Tirajana.* Sergio Gil Socorro es pintor y escultor Sergio Gil Socorro *