¿Qué será de nosotros cuando José Manuel Arnáiz abandone la Autoridad Portuaria de Las Palmas y se dedique al cultivo de naranjas en su finca teldense? Se nos habrá acabado una fuente de inspiración, si bien es cierto que pensamos lo mismo cuando se marchó Luis Hernández y miren qué bien nos ha ido con el sustituto. Arnáiz, que de tonto no tiene un pelo, ya ha pedido la reincorporación a su puesto en el staff de la Autoridad Portuaria, de la que es funcionario. Ya lo habíamos comentado aquí hace un tiempo. Pero no les habíamos dicho que, para curarse en salud y para mejor proveer, ha colocado en el limbo, es decir, sin funciones específicas más allá de la lectura diaria de la prensa local, regional y nacional, al que eventualmente ocupa su plaza en el negociado económico administrativo. Nunca mejor elegida una plaza: negociar lo económico con lo administrativo. Dicen que es lo que pretente cuando alguien lo desaloje del puesto que ahora ocupa.