Fue un mal día el de este martes para José Miguel Suárez Gil, presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, que recibió un sonoro tirón de orejas de la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias. Comercio, dependiente de este departamento, barajó la posibilidad de suspenderle en sus funciones, y hacer lo mismo con el comité ejecutivo y el pleno de la Corporación cameral. Sin embargo, optó finalmente por una salida más suave que, sin embargo, conlleva el reconocimiento de que este presidente ha sido capaz de cometer irregularidades en el censo añadiendo más de setenta empresas de su propia cosecha para garantizarse más apoyos ante las elecciones del próximo mes de abril. Trampas, para entendernos. La credibilidad del Zorro Plateado vuelve a quedar por los suelos y personas que le aseguraban sus apoyos empiezan a planteárselo muy seriamente.