“Santa Cruz de La Palma se ha gobernado siempre a golpe de ocurrencias”

Luis Martín Herrera es presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País de la capital. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Reconoce que tiene “desasosiego” con Santa Cruz de La Palma porque “carece de proyecto y siempre se ha gobernado a golpe de ocurrencias”. Luis Martín Herrera es presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País de la capital y un ciudadano muy crítico con la gestión municipal. “Una ciudad no se puede gobernar a golpe de ocurrencias o de cubrir necesidades inmediatas, tiene que haber un proyecto y desgraciadamente no lo ha habido nunca en esta ciudad”, ha asegurado en una entrevista con La Palma Ahora. “El único proyecto inicial que yo conocí fue el de Antonio San Juan cuando impulsó la protección del casco histórico, él tenía muy claro que había que protegerlo, tenía el proyecto en su cabeza pero nunca fue plasmado; todo lo demás han sido saltos de mata”, sostiene. 

Algunas de las “ocurrencias” a las que se refiere Martín Herrera son “poner unas figuras de enanos en el fondo del mar o iniciar las obras de un ascensor, que desconocemos cómo se va a financiar y a mantener”. 

Está también en desacuerdo con las remodelaciones que se han hecho en algunos puntos de la ciudad. “La Alameda se acondicionó, pero una alameda por definición es colorista y lo que tenemos allí es un espacio gris que más parece un barco de guerra, y Santo Domingo presenta ahora el aspecto de un descampado; en Santa Cruz de La Palma todo es gris”, afirma. La Plaza de San Francisco, prosigue, “está deteriorada, toda partida por el peso de los vehículos pesados que entran allí tranquilamente, y las piedras de callao que se ha perdido en el pavimento a la entrada del museo han sido repuestas con pedruscos o plastones de cemento”. 

“Para la entrada norte de la ciudad tampoco se ha buscado una solución, aunque lo que no es viable es tapar el barranco para ganar un aparcamiento, eso es un riesgo enorme”, advierte. 

Es crítico asimismo con el estado en que se encuentran las antiguas casas de los maestros, ubicadas cerca de la huerta del Convento de San Francisco. “Están en ruina y se tendrían que haber derribado ya, porque tienen además un impacto enorme sobre el patio; esta huerta se podría convertir en un parque urbano”, propone. 

La obra de la playa fue un tormento para este ciudadano, que hizo un seguimiento de los trabajos prácticamente a diario. “Durante seis años vivimos dentro de un gallinero, y la ciudad ahora se ha abierto al mar, esa es la gran revolución, magnífico, el resultado es muy bueno, pero no debe ser solo para el baño, hay que buscar en la playa un espacio de ocio, todo tiene que responder a un proyecto”, insiste. Admite que no conoce el bando municipal en el que se recogen las actividades que está prohibido realizar en la playa, pero cree que son excesivas y que a algunas de esas prohibiciones se les puede dar “un enfoque positivo”. Califica de “debate de entretenimiento” la polémica sobre los nombres que se proponen para la zona de baño. 

El tráfico para Luis Martín es “un problema en Santa Cruz de La Palma”. Pero, sin embargo, subraya, “en esta ciudad hay gente que coge un coche en la calle San José para tomar un café en la Avenida”. Recuerda que “en El Puente tenemos más de 700 aparcamientos a los que entramos porque no nos queda más remedio pero que no invitan precisamente a ello; los ascensores no se han instalado y por tanto una persona con un carrito de un niño o en silla de ruedas no puede salir de allí”. “La plaza que cubre los aparcamientos está en la misma situación que cuando se inició la obra, y yo me pregunto por qué el Ayuntamiento no se plantea seriamente buscarle una solución”, añade. 

La reordenación del tráfico en la Avenida Marítima considera que es una necesidad. “Si la solución es mantener la zona azul como está, que no lo sé, la acera debe acortarse  para que los coches puedan aparcar de forma correcta; los ciudadanos llevamos seis años utilizando menos de la mitad de la acera, así que si los aparcamientos se mantienen como están deben hacerse dignamente”, señala. 

Se muestra crítico asimismo con la situación de la entrada norte de la ciudad que, a su juicio, “está totalmente abandonada”. El desarrollo de Maldonado es igualmente una asignatura pendiente. 

Por otro lado, expresa su malestar por “la ocupación de las aceras por las mesas de los bares, que obligan a circular de uno en uno, como ocurre en la Avenida Marítima o en la calle Trasera”. 

Comenta en tono de humor que “yo soy con el proyecto de la ciudad como Anguita con el programa, programa, programa; yo digo proyecto, proyecto, proyecto… Falta un proyecto de ciudad y se va improvisando a salto de mata, con muchas ocurrencias, todo son saltos de un lado a otro”. Recalca que “el proyecto de ciudad no solo deben hacerlo los grupos que gobiernan sino todos los colectivos y asociaciones que pueden aportar algo, la sociedad civil;  hay que elaborar un proyecto de tal forma que cualquier gobernante que entre tenga ese documento y priorice lo que entienda que es prioritario pero dentro de ese marco”, precisa. 

La pasividad de los palmeros le preocupa. “Solo cuando les toca muy de cerca arman un alboroto y no pasa de ahí, pero en ese alborote no se plantean alternativas ni soluciones; decir 'no' es muy fácil, pero decir 'no' con una alternativa es más complicado”, concluye.

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