Gran Canaria inaugura una granja de acuaponía, que combina la agricultura y la acuicultura

El vicerrector de Investigación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Pablo Suárez (2d), y el consejero de Agricultura del Gobierno canario, Narvay Quintero (c), durante su visita a la finca la Estación del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

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Una granja experimental del Gobierno de Canarias está poniendo a prueba un sistema de producción de alimentos que fusiona la acuicultura y agricultura hidropónica: es la “acuaponía”, un nuevo concepto que obra el “milagro” de que lechugas y peces crezcan juntos.

La prueba se lleva a cabo en la finca La Estación, una instalación del Instituto Canario de Investigaciones Agrícolas en Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria), en la que converge el capital que arriesga una empresa privada, IdeAqua Fish and Aquaponic, las innovaciones conseguidas por un grupo de investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el apoyo de la Administración autonómica.

En su primera fase, este proyecto combina las lechugas, un cultivo muy habitual en las granjas hidropónicas (en las que no se utiliza tierra como sustrato, sino agua enriquecida con nutrientes), con un pez robusto de agua dulce y diferentes utilidades en alimentación, la tilapia.

Sin embargo, el Gobierno de Canarias ya adelanta que los responsables de la idea tienen planes para emplearlo con otras hortalizas (fundamentalmente plantas de hoja) y peces.

El sistema acuapónico emplea unos tanques en los que crecen y se alimentan los peces, que generan nutrientes que se quedan en el agua.

El agua residual del tanque de las tilapias, una vez filtrada, pasa al cultivo hidropónico de las lechugas, para que estas puedan aprovechar sus nutrientes, y regresa limpia al tanque de pescado, completando el ciclo.

Las heces que generan los peces se recogen a través de un sistema de decantación, con la posibilidad de darles diferentes usos, como servir de abono de las plantas en semillero y la denominada. El sistema solo descarta el 2% del agua que circula por él y que, no obstante, puede volver a utilizarse una vez depurada. Y todo ello, remarcan sus responsables, sin emplear fertilizantes artificiales.

El consejero de Agricultura del Gobierno canario, Narvay Quintero, que ha visitado este lunes las instalaciones de este ensayo, ha destacado que se trata de un ejemplo de “transferencia tecnológica aplicada a un uso concreto que beneficia a la sociedad”.

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