Pedri: realidad y mentiras
Pedri fue el protagonista de los días previos al derbi canario. Y lo fue con sólidos argumentos: con 16 años, se presentaba en el Heliodoro como titular indiscutible de Las Palmas. Y eso ya es motivo suficiente para llamar la atención de cualquier aficionado, porque no es normal ver a un niño –o a un adolescente, si nos ponemos puntillosos– jugando con asiduidad en un equipo profesional. A la novedad, se le añadía un punto de morbo: Pedro González López, que así se llama Pedri, es tinerfeño.
Y de ahí nace una confusión que contaminó las vísperas del derbi. Y que dio lugar al pecado original. O a la mentira original: al Tenerife se le escapó Pedri. Pues no, no es verdad. Al Tenerife no se le escapó Pedri, ni lo echó, ni lo regaló... El Tenerife hizo una pésima valoración de la evolución del futbolista cuando era un niño –algo que pasa en los mejores clubes del planeta, incluso en aquellos con los mejores medios y los técnicos más reputados– y no le hizo un hueco en su cadena de filiales.
Pasados un par de años, observado su notable desarrollo como futbolista, el Tenerife quiso incorporarlo a su equipo cadete y Pedri desestimó la oferta blanquiazul: prefirió seguir jugando en su equipo, el Juventud Laguna en este caso. Al término de esa temporada, aceptó la propuesta de Las Palmas para incorporarse a su conjunto juvenil, con el que hace unos meses visitó la Ciudad Deportiva en el partido que coronó al Tenerife como campeón de la liga canaria de la categoría por primera vez en una década.
Esa mañana, Pedri dejó algún detalle –y un error grosero que a su equipo le costó un gol– y pasó inadvertido en la fiesta blanquiazul. Y ese anonimato, alternando el equipo juvenil con incursiones en Las Palmas C, de Tercera División, era su previsible destino... hasta que llegó Pepe Mel y le dio galones en el primer equipo durante la pretemporada y lo convirtió en titular en el inicio del curso. Y eso es lo anormal, lo que ha hecho Mel, no que un equipo hiciera una mala valoración sobre la evolución futbolistica de un niño.
Porque más allá de los méritos de Pedri, un proyecto de jugadorazo, la realidad es que el 'fenómeno Pedri' tiene un padre: Pepe Mel. Y que si Las Palmas va a obtener al menos cinco millones de euros de aquel niño de Tegueste, se lo debe agradecer al jugador, que es muy bueno, y sobre todo a un entrenador que apostó por él. Porque si no nos hacemos trampas al solitario, sabemos que, de haber estado otro técnico, el talento de Pedri estaría recluido en el equipo juvenil de Las Palmas. Y sería igual de bueno, pero no valdría cinco millones de euros.
Y si seguimos sin autoengañarnos, también sabemos que si el Tenerife hubiera valorado mejor la evolución de Pedri o el futbolista hubiera aceptado la oferta blanquiazul... ahora estaría brillando en su equipo juvenil. Porque lo extraño no es que haya niños o adolescentes llenos de talento, sino que un entrenador de un equipo de élite se atreva a darle galones en un conjunto profesional. Y eso está incluso por encima de la (habitualmente buena) labor de cantera que hacen los clubes y del (habitualmente notable) talento de los jugadores.
Curiosamente, el Tenerife tuvo ese entrenador que era capaz de darle oportunidades y continuidad a jugadores de la cantera. Y de 'fabricar' muchos millones de euros para la entidad blanquiazul. Y a ese técnico sí lo echó y lo dejó escapar. Y muchos que ahora se rasgan las vestiduras y piden dimisiones, celebraron su marcha. ¿Su nombre? Álvaro Cervera, que desde entonces se dedica a 'generar' millones de euros para un Cádiz al que cogió en Segunda División B. Y de repente, hasta lo lleva a Primera División.
P.D. Y del derbi, ¿qué? Pues no me disgustó el Tenerife, que creo que fue mejor en la primera mitad y supo leer el partido tras la expulsión de Milla. Pero que sigue sin gol. Y eso, tras detectar el problema hace ya muchos meses, sí que es grave.
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