Yo no creo que los mataran por ser católicos, sin que pretenda por ello justificar que les dieran muerte. Lo que quiero resaltar es que, en un contexto de guerra civil, es difícil pronunciarse de la forma contundente en que lo hizo Camino. Pero cada cual es dueño de su sectarismo y el del Episcopado español es el que es.Sin embargo, una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas. La Iglesia es muy dueña de honrar como le plazca a quienes considere sus mártires. Pero uno también lo es de tachar de desvergonzadas las reticencias eclesiales a la ley de Memoria Histórica. Podría creerme su sinceridad cuando apeló a la prudencia de no abrir viejas heridas si no fuera por cuanto se esfuerza en hacer sangrar las que le interesan.Sospecho, en definitiva, que lo que quiere borrar de nuestra memoria es su complicidad activa, pastoral pudiera decirse, con los horrores y crímenes del Régimen franquista del que tanto se benefició. La Iglesia está, pues, contra la memoria histórica de los demás, no de la suya. Camino trató de eludir esa evidencia insistiendo en que las beatificaciones nada tienen que ver con la política, que se trata de un asunto puramente eclesial. A lo que nada objetaría si figuraran en el censo de nuevos beatos los curas y seglares (vascos, aragoneses, valencianos...) que los franquistas pasaron por las armas. La conclusión es que la Iglesia detesta la memoria ajena y preserva la propia con criterio selectivo de clara intencionalidad política empapado de añoranzas nacionalcatólicas. No debe sorprendernos. La Iglesia nunca pidió perdón porque no se arrepiente de nada y en consecuencia no va a honrar a los católicos que perdieron la vida bajo las balas que ella misma bendijo. Por mí, que siga beatificando a quienes se le antoje. Pero no pretenda que nos chupemos el dedo y perdamos la memoria al punto de ignorar que jamás ha sido políticamente neutral y que siempre estuvo de parte del más negro y en ocasiones criminal de los conservadurismos. Ahí está la historia de España. No va ahora a cambiar, con lo que bien que le ha ido. Se comprende.Me fastidia tener que ocuparme de la Iglesia, pero a veces no queda otro remedio.