Espacio de opinión de Canarias Ahora
La capitalidad cultural
Están los que creen imposible lograr la designación frente a otras ciudades candidatas, con menosprecio de lo que podemos ofrecer aquí: lo que equivale a elevar al infinito aquello de que nadie es profeta en su tierra. Siempre he observado que los creadores y artistas canarios han de marcharse fuera y demostrar su valía a extremos de excelencia sublime para que sus paisanos los reconozcan; casi siempre con la boca chica. Pero nunca pensé que tan singular modo de no apreciar lo propio pudiera abarcar al conjunto de la ciudad y de la isla.
Desde luego, es un empeño difícil. Sólo resulta imposible si no se intenta. Las Palmas de Gran Canaria tiene una notable vida cultural que sorprende a quienes vienen de fuera y en la que no faltan actividades de rango internacional. Cuenta, además, con un público que responde y participa, además de una infraestructura adecuada aunque mejorable; y ampliable, claro. Con las dificultades económicas que todos conocemos, eso sigue siendo así al punto de convertirla en candidata estimable con proyectos y programas imaginativos en los que juegan un papel importante singularidades en las que no entraré de tan conocidas. Desde el clima, que permite programar al aire libre, hasta el carácter abierto de la ciudad, genéticamente multicultural y multiétnica.
La pretensión ha sido denostada desde otros puntos de vista. El político, el deseo de que no triunfe la candidatura para proclamar el batacazo de Saavedra, es uno de ellos. Otro, el de los que critican que aspire a capital europea de la cultura una ciudad enclavada en África y con fuerte querencia latinoamericana. No entro en la vertiente política para no revolver miserias. Pero sí en la evidencia de que se sigue sin entender que la identidad de Las Palmas de Gran Canaria, al igual que la del resto del archipiélago, reside en su condición atlántica; en que la atlanticidad es el factor más determinante que ha inducido la simbiosis de las tres influencias continentales, que no son excluyentes y están en la raíz de nuestra entidad cultural.
Es difícil, insisto, pero no imposible. En cualquier caso, aunque no se consiga la designación, el hecho de intentarlo ha producido ya un efecto movilizador del que es buena muestra la gran participación en la confección de los programas que se ofertarán. Sin duda, la iniciativa lleva camino de convertirse en revulsivo y se anuncia que, con capitalidad o sin ella, la programación prevista se llevará a cabo.
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0