Espacio de opinión de Canarias Ahora
Euskadi se pronuncia
Desde las primeras elecciones autonómicas celebradas en 1980, Euskadi ha cambiado mucho. Lejos ha quedado el Bilbao gris y triste, un Athletic que ganaba ligas y la reconversión industrial. Y como no, muchas vidas de gente de buena fe que han quedado por el camino. En esta ocasión, después de una larga hegemonía, se vislumbra la posible caída del gobierno del nacionalismo vasco. En la jornada de hoy, alrededor del PNV giran muchos temores e inquietudes. Su nacionalismo más escorado, será puesto a examen por los ciudadanos. Los socialistas sólo contemplamos gobernar sin ceder la lehendakaritza a nadie, sin repetir fórmulas del pasado.
Para los socialistas ganar hoy en Euskadi tiene una especial trascendencia. No sólo por vencer democráticamente al PNV y servir como termómetro electoral ante el PP, sino también por ser una tierra que ha sido cuna de muchos importantes dirigentes de la historia del PSOE. Indalecio Prieto, Ramón Rubial, José Ramón Recalde, del que recomiendo leer sus memorias, y tantos otros. De hecho, muchos ministros de Industria en los gobiernos de Felipe González fueron vascos. Tierra de esfuerzo, de acogida de otros españoles y de trabajo, de mucho trabajo. Ramón Jáuregui, con catorce años comenzó a trabajar en una fundición y con veinte decidió estudiar Derecho para convertirse en un abogado laboralista de la UGT. Todo un ejemplo de perseverancia y admiración.
En la economía, vale más el talento que el ladrillo. Cinturones industriales y grandes empresas forjan su tejido productivo, caracterizado por altos niveles de penetración sindical y por ser trabajadores manuales que tratan productos con valor añadido. El trabajador que fabrica bicicletas en Éibar o electrodomésticos en Mondragón, seguramente en momentos de crisis económica, tendrá más movilidad laboral y un mayor bagaje para afrontar nuevos roles en otros sectores profesionales.
Salvando la violencia, la política en el País Vasco y en Canarias comparten algo en común: ¡qué es irrespirable! Si allí sólo discuten sobre el concepto de nación, aquí nos pasamos los días combatiendo la corrupción. Deseo lo antes posible, que la agenda política canaria no venga marcada por la corrupción tosca y cutre de unos pocos y podamos centrar nuestros esfuerzos en temas más diversos y sugestivos intelectualmente. Para entonces, ganará Canarias, ganará las islas, ganaremos todos. Mientras, las cortinas de humo que inventa la derecha canaria para desviar la atención pública sobre las imputaciones que acucian a los dirigentes del PP, son cada vez más grotescas. Policías que se denuncian unos a otros, órdenes de detención ilegales y fiscales convertidos en políticos, son las distintas fábulas que arrojan al vacío sus voceros de la nada. La próxima parrafada torticera, propia del loro del pirata, pero de pirata imputado, será que la Delegación del Gobierno de la Plaza de la Feria es en realidad la casa cuartel de Intxaurrondo. Y el único pecado que claman a expiar, es reunirse por las noches en un piso con multicopista para repartir octavillas. Ya no saben que inventarse. A la derecha canaria le encanta el realismo mágico. Es como decir, que el sindicalista Marcelino Camacho era en realidad el comisario Melitón Manzanas. Menos disparates y más respeto hacia la justicia.
Una persona que estará muy pendiente de los resultados será el peneuvista Josu Jon Imaz. Sus discrepancias con la hoja de ruta planteada por Ibarretxe, le hicieron retirarse de la primera línea del PNV y trasladarse como investigador químico a la Universidad de Harvard. Es la libertad que da el no ser un profesional de la política.
Estuve hace unos meses con unos amigos en San Sebastián. Se respiraba aires nuevos y ganas de cambio. Ilusión por progresar y dar de lado al discurso nacionalista, que no se siente orgulloso de vascos como Pío Baroja.
Me permito recomendar, para el que tenga ánimo de profundizar sobre la historia reciente del País Vasco, la lectura de la trilogía del escritor Ramiro Pinilla: Verdes valles, colinas rojas (Ed. Tusquets). La novela a través de dos familias, los Altube y los Baskardo, hace un fresco retrato de la realidad social que constituye cada uno de los márgenes de la ría del Nervión, desde finales del siglo XIX hasta la aparición de ETA.
En fin, hoy los vascos se pronuncian. Y los socialistas ofrecemos hacer país de una manera abierta y receptiva. Con el voto, Euskadi puede cambiar. Y también, como diría Blas de Otero, con la voz y la palabra.
(*) Rafael Álvarez Gil es secretario de Comunicación del PSC-PSOE.
Rafael Ãlvarez Gil *
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0