Obsesionado con Soria

A pesar de esta circunstancia informativa usted comienza la entrevista hablando de las elecciones europeas su invitada es candidata en estos comicios. Va de número cuatro, sin ninguna posibilidad de salir, detrás de políticos que tienen como objetivo y deber defender a sus comunidades autónomas por encima de todo, pero usted no pone esos datos sobre la mesa en un ejercicio de diplomacia. Después de 7 minutos y medio hablando de la candidatura al Parlamento europeo, usted cambia de tema y le pregunta por el Debate de la Nación. Ella le responde en un minuto. Llegamos casi al minuto nueve de la entrevista y usted le pregunta por el tema más repetido en los periódicos del día: la reprobación de José Manuel Soria. Su invitada es la líder del partido político que ha convertido a Soria en vicepresidente del Gobierno después de perder el poder absoluto del cabildo grancanario y ser derrotada su candidatura a la presidencia del Gobierno. Pero ella reacciona ajena a estos hechos, ella se incomoda, dice que ya ha hablado del asunto hasta la saciedad (usted es la primera vez que le pregunta por la reprobación de Soria). Ella habla de la presunción de inocencia, del Estado de Derecho. Usted le habla de las diferencias entre responsabilidades políticas y penales, entre presuntos delitos de corrupción e imputaciones por fallos administrativos? Pero ella mantiene la defensa del imputado. Así entre presunción de inocencia, responsabilidades políticas y viajes gratis reconocidos por el imputado pasan sólo 8 minutos.

En el minuto 17 usted le pregunta por la rebelión de todos los cabildos contra el gobierno canario, por su deuda histórica. Ella le habla de la deuda histórica del Estado, de las declaraciones de Román Rodríguez, así llegamos al minuto 24. Y entonces usted le pregunta por las declaraciones del presidente del Gobierno canario sobre la reforma del mercado laboral. Ella le dice que el presidente no ha hablado de abaratar los despidos. Usted tampoco ha dicho eso, pero si un oyente se incorporó tarde y la escucha a ella pensará que usted lo ha dicho.

Y así llegamos al minuto 30 hablando de reforma laboral, paro, sindicatos, empresarios?Después usted pregunta por la Ley de Medidas Urgentes. Ella habla 7 minutos de lo bueno que es la ley y que los socialistas están en contra de todo. En el minuto 38, fuera de tiempo, usted le traslada la pregunta de una oyente que pide a la invitada: “si Coalición Canaria quiere subir el listón de la moral de los políticos déjese de defender presunciones de inocencia y hablen, como hacen en Europa, de dimisiones”. La oyente podía haber sido Manuel Lobo, porque planteó un mensaje parecido. Pero su invitada responde que Juan Fernando López Aguilar no puede darle lecciones de moral. Usted le aclara que la pregunta la hizo la oyente, de forma libre, que no la hizo López Aguilar, que la ética la pide la calle, la ciudadanía. Y ella le dice que la mayoría de los políticos son honrados. Usted le dice que coincide con ella, que usted cree que la mayoría de los políticos canarios no aceptaría un viaje gratis en avión privado de un empresario que logrará beneficios de la institución que preside el político agraciado con la excursión musical y pesquera . Después de haber recibido por parte de la invitada tres o cuatro consejos sobre periodismo y formas de contar la noticia, usted se siente con el derecho de aconsejarle a ella. Y le dice “No se fie usted de José Manuel Soria, lo conozco hace más de 15 años, es un peligro para las libertades, y aunque fue a La Oliva a darle un beso después de la censura mañana podría clavarle un puñal. Soria lleva años persiguiendo a medios de comunicación y periodistas.” Ella le responde “eso son valoraciones que usted está haciendo, yo ahí no tengo nada que decir”.

Acaba la entrevista. Usted puede comprobar los tiempos que le he dicho pinchando aquí en el podcast de El Correíllo.Imagine que su invitada sale del estudio enfadada y que le reprocha que usted haya centrado la entrevista en Soria, y le acusa de estar obsesionado con el vicepresidente del Gobierno. (A esa misma hora José Manuel Soria declara a los periodistas que López Aguilar está obsesionado con él, fíjese qué casualidad). Imagínese que la invitada se permite el lujo de darle la quinta o sexta lección de periodismo de la jornada, y le advierte que esa obsesión con Soria provoca pérdidas de audiencia. Una observación interesante. Porque usted sabía que las críticas a Soria provocan retirada de anuncios publicitarios del Gobierno canario y boicot económico a la empresa, pero no abandono de los oyentes. Ahora usted comprende mejor la decisión de poner a una cualificada militante del PP al frente de los informativos de la radio pública canaria. La PPeriodista madrileña trabajó incluso como interventora del PP en las últimas elecciones generales, cuando ya cobraba como jefa de Informativos de la radio autonómica canaria. Ahora usted comprende que no lo hicieron para ejercer el control político, sino para ganar la audiencia que pierden las emisoras que critican a Soria, una buena causa, ajena a las obsesiones de control de los medios.

La obsesión del periodista se resume en 9 minutos de preguntas y respuestas sobre el tema que centra la actualidad política de esta semana, tiempo que incluyó unas palabras de Manuel Lobo y una reflexión de una oyente. Fueron 9 minutos sobre el apoyo de CC a Soria de 42 minutos de entrevista. Pero cuando te obsesionas en defender lo indefendible los minutos se te hacen eternos. En el pecado va la penitencia.

Juan García Luján