Espacio de opinión de Canarias Ahora
El Rey emula a Raúl
Está muy feo, porque resulta demasiado pueril en un adulto, decir a los cuatro vientos lo bueno que eres, lo seas o no. Si así fuera, no tendrías que estar pregonándolo con autobombo. El que hace bien su trabajo se reivindica solo, no es necesario que lo propague en todas las direcciones haciendo más ruido que la cacharrería atada al guardabarros del coche de unos recién casados. Cuando Raúl mete un gol y se señala el dorsal, donde figura su nombre y su número, es como si no se creyera lo que ha hecho, como si todo hubiera sido ilusorio o tan insólito que es preciso remarcarlo para que todos se crean el suceso, incluido él mismo. La actitud de Raúl y de otros futbolistas es obscena, antiestética, es un gesto infantil y egoísta, al anunciar que siguen siendo tan buenos como antes, aunque ahora no sean entendidos por una afición más exigente y por un seleccionador más descreído. Luis y tal y tal. Lo más curioso es que cuando los periodistas abordan a Raúl después del partido y le encomian su protagonismo en la victoria, él siempre responde que su gol no tiene importancia, que lo importante es ganar y que el mérito no es personal sino del equipo. Eso ya lo sabíamos todos, pero entonces, ¿por qué cuando mete un gol el berzotas no quiere compartir el protagonismo con los demás compañeros? Es de un cinismo insultante.Al rey de España le pasa un poco lo que a Raúl: ahora se siente menos querido que antes por la afición, o sea, por los españoles, por la ciudadanía. La transición democrática le dio fama, el 23-F le hizo protagonista singular de la reciente historia española, pero ahora no se siente querido ni respetado. Ahora le queman retratos en la calle, le sacan la bandera republicana en las manifestaciones y los de El Jueves pintan en pelotas a su hijo y a su nuera, se mofan de la familia real como nunca antes lo habían hecho.Hasta la radio de los obispos se une a las reivindicaciones de la izquierda republicana y pide su abdicación. Lo que le faltaba. A este paso sólo le va a quedar ABC, el diario que pincha cuando te sientas encima, pero no por las grapas sino por la corona.La imagen del jefe del Estado defendiendo la monarquía, lo mucho que ha hecho su reinado por España, recordando el periodo democrático más estable de nuestra historia, comportándose como el primer fan de sí mismo, resulta tan real como patético, tan lógico como insólito, tan realista como surrealista. No se de qué se queja el rey si hasta el equipo de Raúl, como tantos otros, es antes Real que Madrid. España es un país realista con tintes surrealistas, un país de reyes donde sólo unos cuantos viven como tales.Ya sólo nos falta ver a Juan Carlos I señalándose el dorsal en el palco durante la próxima final de la Copa del Rey. Al final su copa también será la mejor, no como aquélla rancia del generalísimo en blanco y negro.
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0