La pobreza en los seres más débiles: los niños

Debe estar muy satisfecho el Ejecutivo central por haber logrado que los niños de nuestro país sean los más pobres de Europa, adelantándole sólo Rumanía. Este debe ser el signo de la tan cacareada marca España, de la que tanto airean y presumen, como insuperable. Este ignominioso dato se corresponde con un reciente informe de Cáritas Europa, aunque el Gobierno lo desmienta y no dé credibilidad, sin ofrecer datos ni cifras fehacientes que contrasten esta deshonrosa noticia. Tienen tan asumida la patraña, como forma de gobierno ante tal calibre de ineptitud, que cuando dicen una verdad se ruborizan.

El hambre y otras necesidades primarias, de las que carecen estos infantes y adolescentes, con una edad de menos de 18 años, batió el record del 29'9% O sea, son familias que oscilan entre el 60% de la media general en sus ingresos económicos; y ente el 40% y el 50% están catalogados de pobres y de menos de ese 40% de extrema pobreza. ¿Qué futuro les espera a esta frágil población, a las que despertando a la vida, le queda un largo trecho de existencia por atravesar, siendo la flor y nata del devenir de una nación? Estos jóvenes e infantes, bien se sabe, que en los primeros años en la vida de cualquier persona son primordiales para sus equilibrios biológicos, psicológicos y emocionales, y su futura felicidad como persona dependerá de esas armonías (felicidad, que no equivale a productos de consumo material). Los salarios han perdido un 10% desde la aprobación de la nefasta reforma laboral, que solo favorece al empleador. Pero el BCE recomienda seguir bajando los salarios. El 12% de los empleados de nuestro país no gana lo suficiente para sufragar los gastos elementales mínimos para sobrevivir. España es el segundo país de la UE con el mayor número de pobres, después de Rumanía, y para colmo, en nuestro país se ha cebado en anular las clases medias y tener la mayor desigualdad social, existiendo un abismo infranqueable entre ricos y pobres.

La educación y la formación íntegra de los infantes y adolescentes está directamente relacionada con la pobreza denunciada por Caritas Europa, ya que por la carencia de alimentos y material escolar básico, hacen que no se asimile correctamente la docencia ni produce los efectos deseados de aprendizaje. Esta es la lógica consecuencia del aburrimiento en las aulas y el consiguiente abandono escolar, establecido en España en un 25%, en base a la media europea de un 13% en el año 2012.

La consagrada austeridad y restricciones económicas a que nos han sometido, recomendadas por la troika, el FMI, el banco alemán y el BCE, para devolverles el dinero prestado en los años de loquinario gasto en el ladrillo y demás zarandajas para hacer negocios a botepronto, en la encrucijada en que nos han metido los que se han forrado y llevado el dinero a Suiza y a los paraísos fiscales, son los que han llevado a la población a la más extrema de las pobrezas y angustias vitales. Pero si tienen pérdidas como en tantas malversaciones en las cleptómanas administraciones bancarias o en autopistas de peajes (los bancos españoles han ganado 59.000 millones de euro, desde el comienzo de la crisis en 2008), ahí está el páter Gobierno para rescatarles, eso sí, con el dinero del erario público; es decir, las pérdidas se socializan, las ganancias son privadas e intocables. El Ejecutivo central –y los Autonómicos–, administran muy generosamente en prebendas a favor de las clases feudales del siglo XXI, de la plutocracia más inhumana, con el dinero de todos. Faltaría más.

Pero este Gobierno, y por orden de obligado cumplimiento por la troyca y los mandarines del capital europeo y mundial, actúan como perros falderos en obedecer con el rabo entre las patas a sus demandas. Son del mismo clan del capitalismo salvaje. Mientras, son muy eficaces en hacer drásticas restricciones en educación, sanidad, cultura, etc., que se hacen agónicas, en estos derechos insoslayables y fundamentales del Estado de Bienestar, ganados por todos los contribuyentes, y como derecho democrático. Grima produce ver cómo está la educación pública, con una escandalosa reducción de la plantilla de docentes, recortes en los becarios, que tendrán que abandonar sus estudios universitarios, entre otros; y en los hospitales públicos (que al unísono que los privatizan lo desmantelan), y que además, tienen el presupuesto más bajo de Europa. Se lastima la moral y el pesimismo cunde, como padecen los recortes los sufridos enfermos en los hospitales públicos. A ello se suma las reducciones económicas en Asistencia Social. Para tener estos calamitosos administradores de la política en este descalabro antisocial, no les necesitamos. Lo mejor es: puerta...