Justo al estallar el escándalo de las nóminas de los funcionarios de San Bartolomé de Tirajana, su nuevo secretario, Marcelino López Peraza, se descuelga con un documento supuestamente acreditativo de una antigüedad suya correspondiente a treinta años al servicio de la Administración. El mosqueo de los funcionarios de su mismo nivel fue de traca porque aquellos diez trienios hacían que su título de Derecho se remontara nada menos que a los setenta, y algunos de sus conocidos (y saludados) sitúan tal acontecimiento académico en 1987. La tesorera entró en trance y alguien soltó entonces la suerte de que aquel documento que se estaba presentando como oficial podría resultar falso de toda falsedad. Y venga la peña a mirar el papel con lupa, a la espera de que alguien en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, institución de procedencia, pudiera o pudiese acreditar su veracidad. Una vez más el litigio lo resolvió algún miembro del grupo de gobierno: si ustedes sospechan que es falso, acudan a los tribunales, pero mientras no se demuestre lo contrario, lo aceptamos como bueno. Así que desde el 14 de junio de 2011, el nuevo secretario general de San Bartolomé de Tirajana es Marcelino López Peraza, que descontada la sanción que le acarreó suspensión en sus funciones, tiene una antigüedad treintañera.