Ha sido frenética la actividad diplomática desplegada en estos tres últimos días por José Manuel Soria, tras publicar este periódico la contabilidad de la empresa propietaria del chalet que disfrutaba de gorra hasta hace pocas semanas en Santa Brígida. Su teléfono no ha parado, pero no por llamadas de solidaridad, sino por las que él ha efectuado para ir explicando a quien lo considera oportuno su versión de los hechos. Insiste en que es falsa nuestra información y a todos dice que va a interponer denuncia penal. Insistimos en que es su derecho, y el nuestro ratificarnos en que las cuentas de Atlantic Building no ofrecen duda de ningún tipo a los expertos contables consultados: Soria estuvo de ocupa y Esquível lo reconoce en su contabilidad. Otra cosa es que le haya pagado en dinero negro, con lo cual nos enfrentaríamos a un escenario todavía peor.