Sábado, una de la madrugada, colas del quince para acceder con vehículo al centro comercial El Muelle, también conocido en los ambientes más puñeteros como The Mamotretum, y un segurita cierra con vallas el acceso al parking del edificio indicando al cabreado noctámbulo que ha que aparcar en el aparcamiento exterior, anexo también al Centro Comercial. ¿Por qué? No lo sabe el uniformado, pero cumple órdenes y allí no entra ni Arnáiz. Algunos conductores que se bajan de los vehículos y piden explicaciones de los motivos por los que no se puede acceder al parking de un edificio que está abierto al público y donde, además, se paga por aparcar, pero ni mú. Después de mucho dar la vara, amenazar con llamar a la policía para que ponga orden en la arbitraria forma de actuar de los gestores del centro comercial... las vallas se retiran. Dentro, oh sorpresa, muchas plazas vacías. Y así, todos los fines de semana. Si alguien nos cuenta algo, rápidamente lo reproduciremos aquí.