Interesantísimas las aportaciones hechas por el candidato del PP a la mayoría absoluta en la Generalitat de Valencia, Francisco Camps, sobre dos asuntos de rabiosa actualidad, los abuelos de los políticos y las entrevistas en las que no se puede preguntar por el caso Gürtell. De la segunda cuestión, que tiene revolucionada a la profesión periodística española, hablaremos más adelante. Pero centrémonos en la ascendencia familiar de nuestros regidores porque, en aplicación de las muy audaces teorías del honorable president, lo que no mamaste cuando chico, poco se te va a fijar en la madurez. Leyendo este martes El Mundo descubrimos una variación sobre el mismo tema al reabrirse, como cada año por estas fechas, el debate sobre la lactancia materna y sus innegables beneficio para el bebé. Pues bien, dicen unos investigadores británicos que este tipo de alimentación maternal influye en el posterior comportamiento del niño porque “quienes han tomado el pecho durante al menos cuatro meses tienen menos problemas de actitud que aquellos que son alimentados con leche artificial”. Y ¿cómo se manifiestan esas carencias de teta a lo largo de la vida?, pues con “problemas de comportamiento como ansiedad o hiperactividad”. Al cumplir los cinco años, según la revista Archives o Disease in Chilhood, “los pequeños mentían más y tenían peor relación con los padres que los que tomaron leche materna al menos cuatro meses”. Por lo tanto, debemos concluir que Paco Camps no mamó. Al menos de chico.