Una diseñadora la ha querido armar en relación con el programa Canarias Moda Cálida, una de las pocas cosas que funcionan con fundamento en ese pedazo de Cabildo que tienen los grancanarios. Y lo ha hecho acusando a los responsables del invento de usurparle su colección de zapatos, para la cual la mujer había invertido la nada despreciable cantidad de 18.000 euros. La acusación tiene calado, más que nada porque, a pesar de los pesares, no nos imaginamos al consejero cálido, Ezequiel Ramírez, apropiándose de tres kilos en zapatos, al más puro estilo de la mandarina filipina Imelda Marcos. Más parece ser que lo que ocurrió fue que a la señora Práxedes el consejo asesor de Moda Cálida, formado por un ramillete de personas muy respetables y con un criterio nada sospechoso, le dijera que siga profundizando en su trabajo y que más adelante volverán a ver su asunto.