Sólo Juan Fernando López Aguilar puede despertar los sentimientos que este martes despertó el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. Se espera mucho de él porque para una gran mayoría de canarios en él están representadas las expectativas de cambio político en el Archipiélago. Por eso su entrevista de este lunes con Chavanel, en El Espejo Canario, fue seguida por miles de personas. Y hubo una unánime decepción. No estuvo cómodo el aspirante a presidente y se le notó demasiado a la defensiva, como si no le gustara nada estar allí. Su postura tratando de enmendar al entrevistador permanentemente contrastó con la habilidad con la que se ha despachado en plazas peores, como ante Sánchez Dragó o Isabel San Sebastián, o en sus debates en 59 Segundos. Sus seguidores confían en que sólo haya sido producto de un mal día. O que sus asesores modifiquen la plantilla.