La persecución contra el que se perfila como nuevo secretario general del PSC no tiene cuartel y se desarrolla en todas las direcciones. No facilitarle medios técnicos que dignifiquen su papel de representante de los ciudadanos y negarle la cobertura de la Televisión Canaria son dos factores que, unidos a lo que ya se vienen dando de modo claro en los medios afectos al régimen, dañan el trabajo del líder de la oposición. Se cogió una tremenda calentura el ex ministro al enterarse de que su conferencia de prensa de este miércoles, en la que habló de inmigración, fue silenciada por completo por la tele pública isleña alegando que de ese tema ya había hablado Ricardo Melchior. El censor se equivocó, seguramente, porque, que sepamos, el presidente del Cabildo tinerfeño es de otro partido, y además, opina distinto a los socialistas.