Los tres concejales que metieron de nuevo al pacto de gobierno de San Bartolomé en un berenjenal tienen nombres, apellidos y sus correspondientes circunstancias personales. El socialista se llama José Rodríguez, aunque todo el mundo lo conoce cariñosamente como El Chola. Los otros dos son dos el polémico Paco Peñate, que ha tenido sus más y sus menos con la Justicia por cobrar como abogado del turno de oficio y su sueldo de concejal, y Blas Ramón, cuya familia está al borde de un ataque de nervios por ser vecino del Castillo del Romeral y ser sometidos a continuos insultos, amenazas y achuchones varios a cualquier hora del día o de la noche. Pero las razones que dieron en el pleno para romper la disciplina de voto de sus partidos fue la de “la conciencia”. Les faltó lo del honor.